A través de un paseo antropológico e histórico, Giulia Paola Di Nicola y Attilio Danese compartieron sus reflexiones respecto de la relación hombre y mujer en el matrimonio.
La Lic. Giulia Paola Di Nicola y el Lic.Attilio Danese, profesores en Italia, ensayistas y directores de la Revista Prospettiva Persona así como de la Colección “Ciencias del Matrimonio” de la editorial Effatá, compartieron en el marco del 17º Encuentro de Centros de Cultura y X Jornadas de la Familia, la charla “Lo masculino desde la perspectiva de la responsabilidad esponsal.
A través de un paseo antropológico e histórico, el matrimonio italiano compartió sus reflexiones respecto de la relación hombre y mujer en la sociedad destacando que existen modelos prevalentes respecto de los roles que cada uno debe cumplir. Por ejemplo, que el esposo es el luchador o el guerrero, en tanto la mujer es frágil, instaurando así la lucha perenne entre ambos sexos.
Este discurso, aseguraron, es impulsado por los medios de comunicación lo mismo que la publicidad, industrias que hoy en día son las principales distribuidoras de valores entre los jóvenes, aunque su función primaria es vender.
“Proponen una representación de sí del mismo que es gratificante, proyecta cambios improbables; conecta al sueño, más que a la realidad; a la seducción más que a la información, a la emotividad más que a la necesidades. La publicidad no juega a favor de la responsabilidad, y refuerza los valores dominantes, se reciben como fuentes creíbles y atrayentes por los mensajes”, destacaron.
Agregaron que, sin bien existen organismos como la ONU diseñando acciones para promover la igualdad en los distintos países, esto no depende tanto de leyes sino de costumbres. En este sentido, dijeron, todos tenemos una responsabilidad frente al futuro detectando los errores del pasado para abandonar prácticas deshumanas y retomar aquello que genera valor.
“Ahora nos podemos preguntar si podemos reformular la personalidad o la propia identidad masculina compartiéndola con la pareja, es decir, cuando los valores son similares, la voluntad de superar los estereotipos es más fuerte. El hombre y la mujer en cualquier ideología y religión pertenecen a vivir en sintonía”, expresaron.
Agregaron que en las sociedades antiguas, debido a que las personas siempre estaban en riesgo de fenómenos culturales que no podían controlar, como ser atacados por animales feroces, era fundamental la fuerza física para la defensa de la familia y el territorio, lo que justificaba de alguna manera estas atribuciones al hombre.
Asimismo, relataron, existe un sin fin de mitos que evidencian otras facetas del hombre dentro del matrimonio, como el de Rómulo, el primer Rey de Roma, hijo de Marte y Roma que tuvo que ver más con el respeto a la esponsabilidad del hombre en el matrimonio pues lo que contaba era la fecundación; la historia de Edipo Rey quien mató a su padre para casarse con su madre y que dio origen al complejo de Edipo, de Freud; Creonte, una historia de abuso de poder que representa la mala idea que se tiene de la esponsabilidad y la masculinidad pues ésta es asesinada por su tío porque esto lo hacía sentir más hombre al imponerse; Narciso, quien destacaba por su belleza pero era muy vanidoso y es castigado a vivir una vida de amor no correspondido tras rechazar de mala forma a una mujer; y Ovidio, quien centrado en el amor a sí mismo es condenado a no poder ver al otro y amarlo, haciendo referencia a los matrimonios que no pueden vivir felices.
Otro arquetipo de la cultura antigua, dijeron, es la del “buen padre”, aquella figura que se encargaba de las relaciones públicas, la jurisprudencia, las diligencias y la administración de los bienes.
En el ámbito lingüístico, destacaron Giulia y Attilio, existen también muchas lenguas que lo masculino puede ser humano, y se identifica con la palabra hombre, pero incluye también a la mujer; o que manejan genologías masculinas como el apellido paterno a los hijos, la inclusión de la mujer en la familia del marido, etcétera.
Por otro lado, mencionaron el estudio de R.W. Conner, quien subraya las la expectativa de vida más breve, mayor exposición a la enfermedad, pérdida del trabajo, virilidad que se tiene que comprobar en campo sexual o separación de la madre, obligación de ponerse en riesgo en caso de emergencia, prueba física, las armas, como desventajas de la masculinidad.
“Toda las sociedades tienen costumbres y reglas que establecen un status y rol de ambos sexos; hay modos de ser maridos que se encuentran en distintas culturas porque la diferencia siempre impone límites y recursos. Gracias a esto, cada uno pude ser feliz completándolo, pero también a causa de las diferencias cada uno pude destruir la felicidad y la vida el otro”, observaron los ponentes.
Al tomar una relación en pareja, aconsejaron Giulia y Attilio , se tienen que negociar las tareas y llegar a un punto en común dependiendo las competencias de cada uno.
“Todos tenemos nuestros propios recursos, y revalorizamos los recurso del otro para una mejor armonía. Para darse amor recíprocamente, necesitamos ser custodios en cada parte de la vida. La escucha, la honestidad, el respeto, son las virtudes fundamentales para poder amar”, destacaron.
Una relación sana, dijeron, si es percibida por los niños, va a traer beneficios sobre el desarrollo de la esfera cognitiva y emocional sobre el concepto de sí mismos y la capacidad de controlar sus impulsos.
Finalmente, abordaron la figura del esposo en las religiones, principalmente la de José, como una propuesta del cristianismo de que el hombre es capaz de aceptar un segundo lugar al aceptar a María y adoptar a Jesús como su hijo.
“El amor esponsal tiene algo divino e invita a un proceso que implica la capacidad de darse por parte de él y de ella en el patriarcado y el matriarcado; cada uno pide que dé la vida por el otro. La mujer lo hace sobre todo y no exclusivamente con el registro de la maternidad y el hombre lo hace, no exclusivamente, a través de la defensa de la ciudadanía y del trabajo. Ambos viven una fatiga de no excluir la unidad pero también son los que recogen los frutos”, acotaron.