La educación debe responder a los retos de una masculinidad genuina
24/02/2022
Autor: Fernanda Bretón
Foto: Misraim Álvarez Bolaños

Rectores latinoamericanos discuten sobre los retos educativos frente a la construcción de una masculinidad genuina.

¿Es la crisis de identidad personal causa o efecto o ambas o ninguna de la ruptura de la paz social, de esta armonía anhelada?, ¿cómo es que las instituciones de educación superior debemos abordar la relación entre esta crisis antropológica enfocada en el ser masculino y su impacto a nivel social?, ¿es pertinente retomar aquí la actitud de una nueva ecología humana propuesta tanto por los papas Juan Pablo II y Francisco?; fueron las interrogantes que detonaron el panel de Rectores dentro del 17º Encuentro de Centros de Cultura, moderado por el Dr. Emilio José Baños Ardavín, Rector de UPAEP.

El desarrollo de este panel en voz del Rector UPAEP es para ofrecer una mirada de las universidades a los desafíos sociales contemporáneos en el marco del actual quiebre antropológico con una consecuente crisis de identidad.

La Mtra. Margarita Pérez Nerey, Rectora de la Universidad Motolinía del Pedregal, sostuvo que hay una necesidad de ofrecer una mirada desde la perspectiva de las autoridades académicas ante los retos educativos globales para una auténtica vivencia de una masculinidad y feminidad.

“Hablar del aporte de las universidades a los desafíos sociales contemporáneos en el marco del actual quiebre antropológico con una consecuente crisis de identidad y que esta se manifiesta en el hombre tanto como en la mujer por igual. De ahí la necesidad de responder ¿es la crisis de identidad personal causa o efecto o ambas o ninguna de la ruptura de la paz social?”, indicó.

Mencionó que es necesario reflexionar sobre cómo dirigirse para educar, formar y transmitir al niño, a la niña, adolescente, joven y adulto para que crezca correctamente y vaya configurándose y descubriendo la vocación y misión para la que es llamado.

“Estamos escuchando de una forma reductiva, pero insistente, bombardeados por todo tipos de mensaje qué es masculino, conceptualizamos la masculinidad no por la verdad y el deber ser, sino por lo que nos proponen los medios de comunicación masiva, la cultura y la sociedad; por eso la ruptura de la paz social, ya que hemos confundido los conceptos sobre lo que se puede considerar una masculinidad genuina y por eso encontramos una ruptura entre lo que creemos y lo que verdaderamente es la masculinidad”, infirió la Rectora.

Por ello, instó a formar una fuerte identidad masculina y femenina que respondan a una realidad antropológica que fundamente la estructura social y desde ahí hablar de una masculinidad y feminidad genuina para que en verdad se colabore en la realización de la persona, enriquecida con las diferencias.

El Dr. Miguel Angel Schiavone, Rector de la Pontificia Universidad Católica de Argentina, destacó que el paradigma patriarcal encerró al hombre en un rol del que espera librarse, ese rol de violento, dominante, de instrumentos de producción o de ser simplemente proveedores.

“Así como no aceptamos ni nos adherimos al modelo patriarcal pasado, tampoco nos identificamos con un segundo modelo que es el modelo de la igualdad. En respuesta al paradigma de subordinación jerárquica surge este segundo movimiento que minimizó la diferencia entre los sexos, al considerar que las diferencias biológicas eran las causantes de las desigualdades en un sistema injusto, por lo tanto se propició un modelo unisex, que impulsa a una descomposición de la figura paterna y trata de feminizarla, quedando oscurecidos los atributos del padre”, explicó.

Añadió que, este modelo de igualdad no terminó de resolver el problema antropológico de fondo; la igualdad es reconocida y es básica, pero deja de lado las diferencias, por ende, señaló nace el tercer paradigma que es superador al patriarcal y al igualitario; y es el modelo de especificidad sin igualdad, de relaciones. Complementarias.

Dijo que este es un modelo antropológico que plantea que ambos sexos han sido creados a imagen y semejanza de Dios y son semejantes en dignidad, pero no idénticos; cada uno posee características específicas esenciales que perduran a lo largo del tiempo, “varón y mujer son relativamente complementarios”.

Para el Rector de la Pontificia Universidad Católica de Argentina los retos para una masculinidad genuina recaen en reconocer la diferencias biológicas, ya que es imposible educar e impulsar la igualdad de oportunidades si no se reconocen las condiciones de la biología; en un segundo reto se encuentra la formación docente que promueva la igualdad real de oportunidades y como tercer reto es el repensar el tema de las escuelas mixtas; la pregunta es si la educación mixta ha sido exitosa para conseguir la igualdad de oportunidades profesionales entre ambos sexos.

Por su parte, el Dr. Fernando Sánchez Campos, Rector de la Universidad Católica de Costa Rica, expresó que los hijos que tienen una figura paterna que participa activamente en sus vidas tienen mejor rendimiento académico, alcanzan una mayor escolaridad e independencia, tienen menor propensión a practicar actividades ilícitas y logran alcanzar una mayor seguridad en sí mismos y sus propias capacidades, lo que provoca un mejor desempeño social y emocional.

A base del ejemplo de algunas vivencias que se han desarrollado en la Universidad Católica de Costa Rica, demostró que la complementariedad puede ser una actitud del día a día en donde no se vea con desdén la convivencia entre lo femenino y lo masculino.

“No podemos vivir la cultura del encuentro si estamos bajo un proceso confrontativo. La complementariedad ha impactado en los valores que sustenta el modelo educativo que sustenta nuestra universidad”, indicó.

La pregunta es cómo construir mejores sociedades, instituciones, estados y universidades si no confiamos el uno en el otro y cómo hacerlo si nos vemos desde una dialéctica confrontativa y no complementaria, sentenció el Rector de la Universidad Católica de Costa Rica.

“Lograr una sana complementariedad que nos permita trabajar como prójimos y propiciar la cultura del encuentro es fundamental si queremos que nuestras sociedades progresen”, insistió.