Felicidades mamás UPAEP en su día
10/05/2022
Autor: UPRESS

El 10 de mayo es el día de las madres, un día en el que millones de hijos en México celebran a sus madres, las besan, las abrazan y las consienten. Y es que, para muchos, una madre lo es todo, con ella es con la que corrías a llorar cuando te raspabas las rodillas mientras jugabas, ella es la que muchas veces te iba a acostar y te leía cuentos para que durmieras, ella te cuidaba mientras estuvieras enfermo, te hacía de comer tus cosas favoritas y muchas veces, en los recitales, competencias y presentaciones, ella siempre iba a estar ahí para verte, para apoyarte y para decirte lo increíble que habías hecho tu trabajo. Ya más grande, corrías a contarle sobre el primer chico o chica que te hacía sentir maripositas en el estómago, le contabas de la emoción de tu primer beso y le pedías consejos sobre tu ropa.

En sí, las madres son, como muchos dicen, unas superheroínas, porque a pesar de que, en muchos casos, los padres también hacen muchísimo por los hijos, las madres siempre tienen ese toque especial para hacer todo mucho más perfecto, para hacernos sentir seguros, tranquilos y orgullosos de uno mismo.

Una madre es muchas cosas para un hijo, y a pesar de los años, ellas siempre serán nuestras madres y siempre lograrán ayudarnos a ver el camino correcto, porque no hay nada en este mundo como el amor de una madre.

La labor de ser mamá

 

Florentina Salazar Mendoza, directora académica de Posgrados en Enfermería, se convirtió en mamá hace 31 años y tiene 2 hijos, Andrés de 31 años y Adriana de 28 años, relató que el reto más grane que ha enfrentado como madre ha sido la combinación de los diferentes roles que tiene que cumplir como mujer profesional y madre de familia, principalmente el de educar en valores.

¿Qué satisfacción le deja el ser mamá y cuál es el reto más grande que ha enfrentado?

El reto más grande que he enfrentado en mi vida es la combinación de diferentes roles como madre, dándole prioridad al rol de la educación de los hijos pues no solamente se les va a dar una educación general, sino que la educación debe de ser de la fe, partiendo desde que yo soy católica y profesamos esa religión también en la Universidad. Siempre he pensado que la educación no únicamente va a ser en la familia, lo que le llamamos como la educación doméstica, yo creo que la educación espiritual es la que le damos a los hijos es la básica porque a partir de ahí, gira lo demás.

En los tiempos que vivimos, educarlos no únicamente para poder tener una profesión, sino tener una educación en valores, también, en mi cultura y creencias, me lleva a pensar en la educación para un matrimonio, creo que es una de las leyes de nuestra iglesia católica que nos enseñan, cumplir con el mandamiento del matrimonio, para mí es importante porque yo lo vivo, voy a cumplir 35 años de casada y gracias a Dios y a mi universidad UPAEP por esta oportunidad por estos roles que he podido combinar.

¿Qué tan difícil ha sido equilibrar estos dos roles?

Sí, si me ha sido muy difícil pero no ha sido imposible gracias a mi esposo y a la educación, la parte central ha sido para mí, lo que me ha sido difícil es organizarme como mamá. Siempre combinando las actividades, yo tengo demasiado trabajo, sin embargo, nunca pierdo de vista esta parte importante que es la educación de los hijos. Ha sido difícil para mí porque me llevo más de nueve horas trabajando, a pesar de ello, siempre hay que ir y seguir pensando en la educación en ellos y no dejarlos solos. Algo que yo hago es que me gusta estar presente hasta cierto punto, por ejemplo, yo les mando un mensaje de cómo están y para estar al pendiente de ellos.

¿Cuál es el momento más feliz o la mejor memoria de ser mamá?

El momento más feliz ha sido toda la vida y sobre todo al descubrir qué es lo que hemos sembrado como madres en los hijos se cosecha. Yo lo viví en el tiempo de pandemia, donde nos tuvimos que resguardar, tuve que seguir dando clases a través de los medios digitales, que es algo que me ha costado trabajo, pero gracias a mis hijos pude salir adelante en este ámbito y poder desarrollar eficazmente mi trabajo. Ahí me di cuenta de que los frutos que sembramos los cosechamos, porque ahora eran mis hijos quienes me instruían y eran amables conmigo. Mis hijos me acogieron mucho con este tema de las plataformas digitales y aunque fue muy difícil para mí al mismo tiempo fue gratificante saber que mis hijos estuvieron para mí.

¿Además de sus hijos cual es la mayor alegría que le ha traído la maternidad?

Toda la vida de mis hijos porque ahora que ellas son profesionistas, veo que no nos limitan la comunicación, para mí todo el tiempo ha sido alegría con ellos. La alegría más grande es en este momento, obvio desde que nacieron fue mi mayor alegría, pero ahora ver el crecimiento y desarrollo de ellos como profesionistas.

¿Cuál considera que es la importancia del apoyo de la familia para el cumplimiento de los objetivos personales, profesionales y como madre?

Le doy gracias a Dios porque me envió un esposo que comprende mucho mi situación como trabajadora, como esposa, como mamá y como estudiante, siempre él y yo hemos combinado nuestras actividades diarias, por ejemplo, al momento de que yo estudié y mi esposo estudió la maestría fue en tiempos diferentes, ya que cuando yo estudiaba maestría él no estudiaba y viceversa. Pienso que esto ha sido un buen ejemplo para nuestros hijos para demostrarles la dedicación hacia el estudio, la educación y al mismo tiempo el apoyo en la familia.

Para mí es algo de presumir de tener esta oportunidad en la vida con este compañero de vida porque gracias a nuestro apoyo mutuo y a Dios nos hemos doctorado los dos.

 

Gabriela Sánchez Grande, Supervisora de Exámenes Profesionales, se convirtió en mamá a la edad de 21 años y actualmente tiene dos hijos Beto de 21 y Diego de 8. Relató lo más siginificativo que le ha dejado la maternidad en estos años y cómo le ha cambiado la vida.

¿Cuál ha sido el reto más grande que has tenido como mamá?

La maternidad te cambia todo,  te cambia los tiempos,  ya no son tuyos; ya no soy un yo, ahora es un nosotros. Entonces ahora hay que pensar en todos; tus prioridades cambian. Ser mamá no solo es cambiar pañales o cuidar del niño y dar de comer; te conviertes en médico, en enfermera, taxista, psicologa, couch motivador, te conviertes en tantas cosas que el día a día no sabes como te va a llegar. No sabes si ese día te van a despertar con una carcajada o llorando; pero creo que lo más difíciles fue el retarme a mi misma y pensar “tengo la vida de mis hijos en mis manos y no es cualquier cosa, buscas la forma de educarlos y de sacarlos adelante lo mejor posible y que sean felices al final”.

¿Cuál es el momento o memoria más feliz que tengas de ser mamá?

De inicio el nacimiento de mis hijos, el día en que me convertí en mamá como que no te cae el veinte, no lo ubicas hasta que empiezan  a pasar los días y te ves inmersa en esta situación y actividades. Escucharlos y verlos por primera vez ha sido de las cosas más maravillosas que he podido yo tener en esta vida.

¿Cómo ha sido el apoyo de tu familia en esta gran aventura de ser mamá?

Es super importante, yo creo que sin el apoyo de la familia o de mi esposo en este caso, muchas de las situaciones o algunas actividades no hubieran podido llevarse acabo, si bien me queda claro que mamá siempre puede, y ciertamente yo podría decir que en un 70% es así, pero yo si necesito el apoyo de mi familia y mi esposo y ha sido muy importante.

¿Cuál sería el consejo para las mamás?

Disfrútenlo todo  lo que puedan, porque el tiempo pasa, cuando están chiquitos algunas cosas y vivencias de grandes ya no son, antes a lo mejor lo cargabas y lo apapachabas cuando estaba bebé, pero después es un ya no me cargues, o en algún momento lo dejas en la escuela y te manda besos, pero después esos besos de esa manera ya no llegan; esa parte hay que disfrutarla y guadarla porque no regresa. Hay que disfrutarlos y mantener esa unión siempre.

 

 

Verónica Méndez Sánchez del Departamento de Servicios y Operaciones tiene dos hijos, uno de 24 años y una más de 1 años compartió su historia y reto de ser mamá y trabajadora al mismo tiempo.

¿Cuál ha sido el reto más grande que has tenido como mamá?

Pues fue cuando me separé de mi esposo, me quedé con mi primer hijo, sacarlo adelante sí fue un poquito difícil, pero con el apoyo de mi familia y con mi esfuerzo ahora lo veo reflejado, ya terminó su carrera —Administración de Empresas— y ya está hasta trabajando.

¿Qué tan difícil te ha sido ocupar estos tres roles (mamá, papá y trabajadora)?

Sí ha sido un poquito complicado porque cuando estaba mi hijo chiquito y estaba casada pues yo me dedicaba mucho tiempo a estar con él, incluso iba yo a la escuela era del Comité y tenía mucho tiempo para él, ya cuando entré a trabajar pues ya era un poquito más difícil porque mi mamá y mi papá tenían que ir por él a la escuela y estar al pendiente.

¿Cuál es el momento o memoria más feliz que tengas de ser mamá?

Principalmente que a mi hijo mayor le di mucha confianza yo les recomiendo a las mamás tenerles confianza a sus hijos, era tanta la confianza que mi hijo me tenía que hasta me pedía permiso de irse de pinta. Ese día le contesté que con tal que yo supiera dónde estaba, que podía experimenta lo que tenía que experimentar, pero que avisara donde estaba.

¿Cuál es la satisfacción más grande de ser mamá?

 Para mí ser madre es lo más bello de la vida, es la maravilla de la vida que Dios nos pudo haber dado ser mamás, realizarme como mujer y experimentar todo lo relacionado con ser madre.

 

Laura Contreras Mioni, Decana de Ciencias Biológicas, hace 30 años se convirtió en mamá, tiene una hija y hoy ya es abuela, compartió lo que para ella representa la maternidad en su vida.

¿Cuál ha sido el reto más grande que ha enfrentado como mamá?

Yo creo que la parte formativa, la negociación con los hijos sobre todo en el periodo de la adolescencia, mientras son pequeños son muy dependientes de la madre y obviamente en todos los sentidos, pero la adolescencia es una etapa crucial en la que empiezan a reconocerse como personas, a empezar a buscar independencia pero que están en un momento físicamente complicado porque las hormonas también hacen sus complicaciones; es una etapa de nuestra vida que nos queremos comer el mundo y es una etapa muy difícil entre ayudarlos a que se rodeen de las personas adecuadas en todos los sentidos por temas de seguridad, por temas de desarrollo de la persona, por temas educativos, donde priorizan su tiempo, sus gustos y la negociación con la madre que es muy fuerte y la relación madre hijo siempre suele ser complicada.

¿Cómo ha sido el vivir el rol de madre y profesionista?

He sido muy bendecida porque mis trabajos me han permitido de alguna manera estar cercana; yo creo que es una parte también importante es el apoyo de la familia; generalmente me apoyaban en mi casa, mi papá sobre todo porque mi mamá tenía insuficiencia renal y estaba enferma, pero mi papá me ayudaba mucho con ella.

¿Cuál ha sido el momento más feliz que le ha dejado ser mamá?

No creo que haya uno solo yo creo que dependiendo de las etapas de los logros que vamos viend. Recuerdo cuando se ganó un premio por ser la mejor estudiante del grupo y luego otro momento divino pues cuando vi a mi hija convertirse en mamá; la verdad es que ha sido precioso porque ella también ahora que lo experimenta ha sido un momento crucial para desarrollándose como persona.

¿Cuál sería su mensaje para este 10 de mayo?

Respecto al milagro de la vida, es muy importante que tengamos claro que de nosotros depende ese pequeño ser humano aporte algo valioso a la sociedad, recientemente hice una reflexión con mis estudiantes y les cuestionaba de dónde nacen estos hombres que violentan a una mujer, a lo que me respondieron que de la sociedad, pero de la sociedad no nacen, lo hacen de una mujer y un hombre y generalmente la crianza la tienen las mujeres. A veces somos las mujeres las responsables de esto que vemos, por lo tanto asumamos la maternidad, tengamos conciencia del milagro de la vida para que así podamos acompañar a esta persona y en la medida de lo posible podamos desarrollarlo lo más sano no sólo física sino emocionalmente que es lo que nos urge como sociedad.

 

 

Carolina Espinosa Segundo de 26 años, recién terminó sus estudios técnicos en Enfermería, se convirtió en mamá a los 23 años, tiene dos hijos una de 3 y una pequeña de 8 meses.

 

¿Cuál es el reto más grande de ser mamá?

Dejar a mi niño cuando me vine a Puebla, soy de Francisco I. Madero, comunidad ubicada en el municipio de Huehuetla, a 5 horas de la ciudad. Pero al momento que empecé a trabajar también decidí estudiar, en ese momento era madre soltera y tuve que dejar a mi niño por mucho tiempo. Después de eso, encontré a una nueva pareja, me embaracé y decidí traer a mi niño para que no vivieran separados.

También con mi niña otro de los retos fue que tenía que trabajar, estudiar y ser madre al mismo tiempo.

¿Qué tan difícil ha sido trabajar y ser madre?

Sentí un poco difícil cuando ya estaba mi niño conmigo, porque ya estaba embarazada, pero también estudiaba y él me demandaba mucho tiempo, pero tenía que hacer mis tareas. Es difícil porque no me dejaba dormir, me levantaba desvelada, tenía que ir a trabajar, y en el área que estoy es Medicina Interna, es un poco pesado salía ya tarde así que llegaba a la casa a las 11:30, tenía que llegar a ver a mis niños, pero gracias al apoyo de mi madre que me ha ayudado a cuidar a mis pequeños, no lo he sentido tan pesado, pero sí ha sido un reto.

¿Momento más feliz o la mejor memoria de ser mamá?

El más feliz fue cuando mi pequeñito empezó a hablar, aunque no estaba conmigo, era muy bonito verlo hablar; con mi pequeña el que mis dos hijos puedan convivir, también.

¿Qué consejo les darías a las mamás?

Decirles que si sienten que ya no pueden con sus hijos porque luego nos sacan de nuestras casillas, que les tengan paciencia a sus pequeños, quererlos, amarlos, decirles siempre cuánto los quieren. No basta con decirles te quiero, para mí ha sido importante decirles te amo en todo momento, porque no sabemos el día en que vamos a estar. Siempre estar para ellos, dejar a un lado los teléfonos y prestarles mucha atención, escucharlos.