Finanzas en tacones
29/08/2024
Autor: Dra. Cynthia María Montaudon Tomas
Cargo: Decana Escuela de Negocios

La cuestión de género en posiciones de autoridad es un tema recurrente en temas de negocios. Tal vez una de las figuras más controvertidas  sea la de Directora de Finanzas, llamada en inglés SheFo (She  Financial Officer) representada  por la consultora  Deloitte como la metáfora de Finanzas en tacones.

Aún cuando durante  siglos, las mujeres han trabajado de forma recurrente en el sector financiero, tradicionalmente  han realizado funciones  de apoyo o administrativas y su presencia es aún reducida en posiciones de importancia.  Estudios realizados en el Instituto de Empresa de España, demuestran que aún cuando  a nivel global hay más de un 40% de mujeres empleadas en empresas de finanzas y riesgos, su participación en roles ejecutivos es de tan solo el 15%.

La disparidad de género en áreas financieras es visible incluso en Escuelas de Negocios alrededor del mundo donde la mayor parte de los profesores y de los estudiantes en estos programas son hombres.

Esto se debe en gran medida  a los estereotipos de género en una industria dominada por hombres, donde se asume -erróneamente - que las habilidades requeridas para las finanzas que  incluyen la persistencia, arrojo, asertividad, capacidad de análisis, y toma de riesgos son características exclusivamente masculinas. En este sentido se critica que las mujeres no actúan de forma “suficientemente agresiva para negociar”.

Pese a ello las mujeres tienen un rol predominante en modelar los mercados financieros como inversionistas y como empleadas en el sector y  de acuerdo con el Foro Económico Mundial, constituyen una fuerza implacable para generar progreso social y empoderamiento económico. Como ejemplo de ello, cerca del 50% de las mujeres alrededor del mundo se consideran las directoras financieras de sus hogares según un estudio de la aseguradora Allianz Life.

Diferentes estudios y reportes enfatizan los beneficios de la equidad de género en la efectividad y la capacidad de promover innovación en las organizaciones, y en su potencial de generar mayores ganancias.

En el sector financiero se están valorando cada vez más ciertas habilidades tradicionalmente consideradas femeninas como la capacidad  de multitasking, la consideración de distintas perspectivas, la escucha activa, la atención al detalle, la empatía y la amabilidad. Pero aún hay mucho por hacer en cuestiones de equidad de género. Faltan  más modelos a seguir, es decir otras mujeres que abran el camino para las más jóvenes y también se requieren políticas de contratación claras con base en las habilidades y potencial de crecimiento y no en rasgos tradicionalmente masculinos o femeninos.

Las mujeres son capaces y tienen arrojo para ser exitosas en el sector financiero. Les toca ahora a  las empresas  asumir el riesgo y realizar inversiones responsables para una mayor equidad.