La formación de los profesionales de la educación debe ir más allá del conocimiento técnico en un campo específico. Ser un buen diseñador de experiencias y mentor requiere habilidades adicionales que a menudo no se desarrollan en la formación académica tradicional. Muchos profesores ingresaron al ámbito académico debido a su experiencia en un campo de conocimiento específico, pero carecen de las habilidades necesarias para ser efectivos como diseñadores de experiencias de aprendizaje.
Las universidades iberoamericanas son un gran éxito social y están en el mejor momento de su historia como motor del pensamiento científico de la sociedad. Pero no todas. Algunas de ellas quedarán obsoletas si no se adaptan a las fuerzas tecnológicas inevitables que hacen innovar a nuestras sociedades.
Es imperativo que los docentes dejen de ser meros divulgadores de contenidos y se conviertan en diseñadores de experiencias de aprendizaje y mentores. Este enfoque implica que los educadores deben ser capaces de dialogar con los estudiantes, comprender sus necesidades y orientarlos hacia oportunidades relevantes. El papel del docente como mentor adquiere especial importancia, ya que debe ayudar a los estudiantes a explorar aspectos éticos y cristianos, que a menudo se pasan por alto en la educación actual, señaló Hugo Pardo Kuklinski, fundador y Director General de Outliers School, además de formar parte del programa de Profesor Humanista visitante de la Facultad de Educación de la UPAEP.
Está presente la necesidad de repensar la forma en que las facultades de educación enseñan a sus estudiantes y forman a los futuros docentes, toda vez que en los próximos años y décadas, las universidades deben evolucionar y adaptarse a los cambios en la sociedad y en el aprendizaje, reiteró el académico.
Enfatizó que la formación de los profesionales de la educación debe ir más allá del conocimiento técnico en un campo específico. Ser un buen diseñador de experiencias y mentor requiere habilidades adicionales que a menudo no se desarrollan en la formación académica tradicional. Muchos profesores ingresaron al ámbito académico debido a su experiencia en un campo de conocimiento específico, pero carecen de las habilidades necesarias para ser efectivos como diseñadores de experiencias de aprendizaje.
En relación a esto, el Dr. Pardo plantea la interrogante sobre qué tipo de profesionales exige la universidad en la actualidad. Sugiere que las facultades de educación podrían enfocarse en formar "súper docentes", es decir, educadores altamente capacitados en el arte de enseñar, aunque no necesariamente sean investigadores o gestores destacados. El énfasis debe estar en la excelencia docente y en la capacidad de crear experiencias de aprendizaje significativas para los estudiantes.
Pardo Kuklinski, quien participó en el 4º Congreso Internacional de Innovación Educativa CINNED, plantea un desafío a las universidades y a las facultades de educación para que reevalúen sus enfoques de enseñanza y formación docente. Se requiere una transformación en la manera en que los educadores son preparados para enfrentar los desafíos del futuro y para impactar de manera significativa en la formación de los estudiantes. La necesidad de formar "súper docentes" capaces de diseñar experiencias de aprendizaje enriquecedoras se convierte en una prioridad para mejorar la calidad educativa en todos los niveles.
En este sentido, hace un llamado a la reflexión y al cambio, invitando a la comunidad académica y a las autoridades universitarias a repensar los modelos educativos y a fomentar una cultura de innovación en la formación de docentes. Solo a través de esta transformación podremos asegurar una educación de calidad que prepare a los estudiantes para enfrentar los retos del actual Siglo.
Por su parte Arturo Villanueva González, Director de la Facultad de Educación de la UPAEP, declaró que la innovación es fundamental. Debemos buscar constantemente renovar y ofrecer nuevas perspectivas en la educación superior. Innovar implica introducir algo nuevo, generar cambios significativos en los contenidos, las metodologías y las prácticas educativas. Debemos ser capaces de responder a los desafíos actuales y tener una visión fresca y propositiva para afrontar el inevitable futuro.
Dijo que la formación humanista para el liderazgo en el mundo digital es esencial. A medida que avanzamos en la era digital, es crucial no perder de vista nuestra humanidad. Debemos fomentar el desarrollo integral de los estudiantes, incluyendo aspectos socioemocionales, éticos y de sentido de vida. El liderazgo en este contexto requiere una comprensión profunda de la tecnología y la economía, pero también un compromiso con los valores humanos y la responsabilidad social.
Comentó que, a pesar de que se habla mucho sobre la necesidad de ser flexibles, aún seguimos aferrados a estructuras rígidas en muchos aspectos de la educación. Debemos replantearnos la forma en que diseñamos los currículos y los programas educativos, abriendo espacios para el diálogo y la participación de los estudiantes. Es importante adaptarnos a las nuevas formas de aprendizaje, aprovechando las tecnologías y promoviendo una educación más dinámica e interactiva.
Francisco Rosillo Segura, Director de los Posgrados en Profesionalización Docente de la UPAEP, plantea el desafío de formar a los docentes como diseñadores de experiencias de aprendizaje en distintos niveles educativos, desde niños en la escuela primaria hasta universitarios. Considera que las facultades de educación tienen una tarea importante en promover el desarrollo de estos diseñadores de experiencias y educadores mentores, que fomenten el pensamiento disruptivo y creativo necesario en la actualidad.
Asimismo, destaca la necesidad de incorporar diferentes perfiles de docentes en la educación superior, como artistas, periodistas o divulgadores científicos. Estas personas pueden despertar el interés y la pasión por la ciencia, trascendiendo los aspectos teóricos y conectando con los estudiantes de una manera más cercana. Además, sugiere la inclusión de perfiles como diseñadores gráficos, diseñadores multimedia y guionistas en las facultades de educación, para enseñarles a construir diseños instruccionales que enriquezcan la experiencia educativa.
Sobre la Innovación Educativa en las Universidades, Manuel Ponce de León Palacios, Director del Centro de Innovación del Aprendizaje de la UPAEP, destacó la importancia de la formación de los profesores y la integración de la tecnología para potenciar la didáctica y la experiencia de aprendizaje.
Resaltó que la innovación en las instituciones educativas debe ser vista como una estrategia para enfrentar los futuros inevitables, manteniendo vigente la propuesta de valor que tiene la Universidad. Para lograr esto, es crucial habilitar a los profesores con herramientas de producción y, al mismo tiempo, orquestar estratégicamente la innovación para evitar perderse en la metáfora y en el enfoque exclusivo en las herramientas tecnológicas.
El uso de la tecnología se presenta como una interfaz valiosa, pero no como un fin en sí misma. Más bien, actúa como una bisagra que integra las acciones, los objetos y las intenciones, propiciando interacciones de valor y enriqueciendo las experiencias de aprendizaje de los estudiantes. Enfatizó que la tecnología debe apoyar la visión y objetivos de la universidad, así como las intenciones didácticas de los profesores.