Un futuro más sano para la población requiere implementar programas educativos de alimentación saludable, aseguran expertos en UPAEP.
Sobre la situación actual de la alimentación en México y sus similitudes con otros países, académicas de la Facultad de Nutrición de UPAEP y de la Universidad Camilo José Cela de España, externaron sus puntos de vista y coincidieron en señalar que es necesario abordar este tema desde la raíz, comenzando con la educación nutricional en las primeras etapas de la vida y extendiéndose a un enfoque multifactorial.
"Sabemos que en México, y en general en el mundo, la nutrición tiene un papel fundamental en el estado de salud tanto individual como colectivo," afirmó María de Lourdes Meza Jiménez, Directora de la Facultad de Nutrición de UPAEP. Subrayó que una nutrición adecuada en las primeras etapas de la vida está directamente asociada con el crecimiento y desarrollo óptimos. "El crecimiento y desarrollo adecuado que tenemos, impacta en nuestro estado de salud, nuestro desarrollo académico y profesional en el futuro", explicó.
Meza Jiménez destacó que, en las primeras etapas de la vida las decisiones alimentarias recaen totalmente en los padres. "Nosotros aprendemos a comer de nuestros padres y enseñamos a comer a nuestros hijos de la forma en la que nos mostraron cómo sería la vía," dijo. Esto significa que las prácticas alimentarias se transmiten de generación en generación, lo cual puede tener consecuencias tanto positivas como negativas. Si el padre no tiene una alimentación adecuada, a los hijos se les inculca una alimentación errónea, y esta alimentación se va transmitiendo de generación en generación”, reiteró la académica.
Actualmente, uno de los mayores desafíos que enfrenta la población mexicana es el consumo elevado de alimentos ultraprocesados. Meza Jiménez señaló que hay una tendencia creciente hacia el consumo de estos productos en detrimento de alimentos tradicionales más nutritivos. Esto también se ha reflejado en reportes de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, donde se ha determinado que los alimentos de origen vegetal como frutas y verduras, y de origen animal como lácteos y cárnicos, son consumidos en menor proporción comparado con los alimentos procesados, explicó.
Dijo que este desequilibrio en la dieta tiene serias implicaciones para la salud pública. María de Lourdes Meza urgió a la necesidad de atender este problema desde las etapas tempranas de la vida para asegurar una buena salud y nutrición en la edad adulta. "Cuidar la nutrición desde etapas tempranas es crucial para que en la edad adulta gocemos de buena salud y nutrición”, externó.
Mientras que Blanca Pedauyé, profesora de la Facultad de Nutrición de la Universidad Camilo José Cela de España, quien actualmente participa en el proyecto Global Summer en UPAEP, resaltó que este no es un problema exclusivo de México. "Es un problema internacional; concretamente en España estamos en una situación bastante similar", afirmó. Pedauyé señaló que basta con visitar los centros educativos para observar la mala alimentación de niños y adolescentes, lo cual, según ella, está influenciado por los hábitos aprendidos en casa. "Cada vez, también la actividad física es menor, junto con una alimentación inadecuada, lo que agrava los problemas a largo plazo," añadió.
Pedauyé subrayó que muchas patologías importantes pueden manifestarse o agravarse desde la niñez debido a una mala alimentación. "El problema principal está en la alimentación, como bien ha dicho la doctora Lourdes Meza, y esto depende principalmente de las familias y de lo que inculcan desde que son pequeños," explicó. Además, señaló que la elección de alimentos ultraprocesados por parte de los padres, muchas veces por conveniencia o precio, tiene consecuencias graves. "Los niños van a vivir el problema cuando sean adolescentes", advirtió.
Para Pedauyé, la solución reside tanto en la familia como en la educación nutricional y alimentaria que se pueda dar a los niños en las escuelas desde pequeños. "Hay muchas opciones que son igual de rápidas que el consumo de productos procesados y ultraprocesados", afirmó, destacando la necesidad de un cambio en la mentalidad y educación de la población.
En su intervención, María de Lourdes Silva Fernández, profesora de la Facultad de Nutrición de UPAEP, destacó la importancia de las políticas públicas en la toma de decisiones alimentarias. "No es tanta la libertad de elección; las políticas públicas no han permitido a los padres tener una buena elección de alimentos", comentó. Silva Fernández señaló que problemas como la inflación de los alimentos frescos complican la accesibilidad y asequibilidad de opciones saludables. "Muchas veces es cuestión de dónde me muevo y qué tan fácil tengo el acceso a esos productos frescos", explicó.
Silva Fernández enfatizó que las políticas públicas deben enfocarse en regular las empresas y proporcionar mejores opciones de consumo para los consumidores. "Las políticas públicas tendrían que ir encaminadas, no solo a que el consumidor haga malas elecciones, sino a qué se hace desde la política pública en la regulación de empresas", afirmó. También abordó la falta de actividad física entre los niños, exacerbada por problemas de inseguridad que limitan la movilidad y el juego al aire libre.
Se reflejan en el estado de nutrición muchos otros problemas. No solo es un tema de educación o de decisión, sino que es un problema público y político, explicó Silva Fernández. "Las personas saben qué es lo que deben comer, pero no lo hacen porque las condiciones alrededor no lo permiten”, expresó.
Asimismo, Fabiola Bautista Figueiras, también profesora de la Facultad de Nutrición de la UPAEP, aportó desde su experiencia en los entornos alimentarios, resaltando cómo estos afectan las decisiones de consumo. "No es lo mismo el entorno alimentario en la familia, que cuando salgo de mi casa y me encuentro en mi trabajo," explicó. Bautista Figueiras, destacó la falta de educación nutricional y la importancia de políticas públicas efectivas. "La OMS ya lo dice, si los sistemas de salud de los países enfocaran muchos de sus esfuerzos en la educación, especialmente en temas de prevención, tendríamos un gran avance”, señaló.
Bautista Figueiras también mencionó la influencia de la mercadotecnia de alimentos ultraprocesados. "Nuestros entornos alimentarios están siendo dominados por la muy buena mercadotecnia de las empresas que quieren que consumamos sus productos"; y subrayó la necesidad de estrategias para contrarrestar esta influencia y promover opciones más saludables. "Necesitamos políticas y programas en nutrición que se lleven a cabo con la energía y la voluntad política necesarias”, acotó.
Las palabras de Meza Jiménez, Blanca Pedauyé, Silva Fernández y Bautista Figueiras son un llamado a la acción para mejorar los hábitos alimentarios en México y en el mundo. Es esencial que se implementen políticas y programas educativos que promuevan una alimentación saludable desde la infancia, asegurando así un futuro más sano para la población global. La solución requiere un enfoque multifactorial que abarque la educación, las políticas públicas y la accesibilidad a opciones saludables para lograr un cambio significativo en los hábitos alimentarios.