El bolsillo mexicano, bajo presión
16/05/2025
Autor: Juan Méndez
Foto: Juan Méndez

Impacto de la inflación en la canasta básica hasta mayo de 2025. Más allá de programas paliativos, es urgente impulsar un verdadero crecimiento económico. Solo así las familias podrán contar con ingresos suficientes para acceder a una vida digna.

El aumento sostenido de precios sigue golpeando el bolsillo de las familias mexicanas, especialmente en lo que respecta al costo de la canasta básica alimentaria. Así lo señaló Anselmo Salvador Chávez Capó, profesor de la Licenciatura en Administración Financiera y Bursátil de la UPAEP.

A pesar de que las cifras oficiales de inflación no muestran incrementos alarmantes a simple vista, el impacto en el consumo cotidiano es real y constante. “La inflación ha tenido una tendencia ascendente desde enero. En aquel mes se ubicó en 3.19% y para la primera quincena de mayo alcanzó un 3.93%”, explicó el académico. Esta pendiente positiva, aunque moderada, se percibe con mayor crudeza cuando se traduce a los precios de productos esenciales.

Uno de los temas que preocupa es el reciente ajuste a la baja en la tasa de referencia por parte del Banco de México, que pasó de 9% a 8.50%. Si bien esta medida pretende estimular el consumo, también podría generar un efecto contraproducente: “La gente prefiere gastar en vez de ahorrar, lo cual podría aumentar aún más el nivel de inflación si no se controla adecuadamente”, advirtió Chávez Capó.

El experto detalló que existen dos componentes para calcular la inflación: la inflación subyacente, que incluye bienes y servicios cuyos precios tienden a mantenerse en alza sin retroceso, como el transporte público; y la no subyacente, que incluye productos con alta volatilidad, como frutas y verduras. “Por ejemplo, el jitomate subió un 22% en abril, el aguacate un 10%, y la carne de res un 2.11%”, puntualizó.

Estos incrementos afectan directamente la canasta básica, que incluye alimentos, artículos de higiene personal, productos del hogar y otros bienes esenciales. Anselmo Chávez recalcó que aunque la inflación medida por el INEGI puede parecer moderada, los precios de los productos que realmente se consumen día a día se han elevado de forma más pronunciada.

Durante los primeros cuatro meses del año, los precios de los productos agrícolas se han disparado:

Enero: plátano (+2.51%), pollo (+2.30%) y carne de res (+1.36%)

Febrero: limón (+16.31%), plátano (+14.05%), huevo (+5.71%)

Marzo: limón (+20.75%), leche pasteurizada (+1.22%)

Abril: jitomate (+22%), aguacate (+10%), carne de res (+2.11%)

Estos incrementos reflejan un impacto mayor al registrado por el índice de inflación promedio, ya que los productos de la canasta básica tienen un peso mayor en los hábitos de consumo de la mayoría de la población.

Chávez Capó cuestionó la efectividad de los programas gubernamentales para contener los precios. El Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), implementado hace casi dos años, pretendía mantener estable el precio de 24 productos básicos, fijando un valor de referencia en 910 pesos.

Sin embargo, los datos actuales muestran una realidad distinta: en abril de 2025, el precio más bajo registrado de la canasta básica en tiendas de autoservicio fue de 1,340 pesos, mientras que en plataformas en línea el mismo conjunto de productos alcanzó 1,805 pesos, es decir, una diferencia de más de 400 pesos, lo cual representa un duro golpe para las familias con menores ingresos.

“El monitoreo de precios que realiza el gobierno de la Ciudad de México se ha vuelto estático. No ha mostrado variación desde enero, lo que impide tener una referencia real del comportamiento de los precios”, lamentó el investigador.

El especialista señaló que, aunque el salario mínimo tuvo un aumento para 2025, este sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades básicas. “Actualmente el ingreso mensual promedio con salario mínimo es de 8,364 pesos, y de 12,596 en la zona fronteriza. Sin embargo, la CEPAL estima que para cubrir adecuadamente la canasta básica se necesitan al menos 2.5 salarios mínimos, es decir, cerca de 21,820 pesos mensuales”, expuso.

De acuerdo con cifras oficiales, el 75% de la población económicamente activa en México percibe entre uno y tres salarios mínimos. Es decir, solo quienes ganan tres veces el mínimo logran apenas cubrir la canasta básica.

Chávez Capó subrayó que es necesario cambiar el enfoque del combate a la inflación. “Más allá de programas paliativos, es urgente impulsar un verdadero crecimiento económico. Solo así las familias podrán contar con ingresos suficientes para acceder a una vida digna”, concluyó.

En el caso específico de Puebla, la población económicamente activa asciende a más de 3.1 millones de personas, muchas de las cuales enfrentan ya una tensión económica diaria derivada del alza de precios en lo esencial: la comida y la vida cotidiana.

El aumento sostenido de precios, combinado con bajo crecimiento económico, puede llevar a México a un escenario de estanflación, un fenómeno que “golpea más fuerte a quienes menos tienen”.

El especialista también advirtió sobre la necesidad de generar un entorno de certeza para las inversiones. “Si no hay confianza, las inversiones no llegarán, y eso también afecta al empleo y al consumo interno”.

Finalmente, el académico advirtió sobre una propuesta en EE.UU. para imponer un impuesto del 5% a las remesas, lo que no impactará este año pero sí podría tener fuertes repercusiones en 2026. “Solo ese 5% representa lo que Puebla recibe en remesas en todo un año. El golpe sería enorme”, concluyó.

Con una economía desacelerada, precios en ascenso y una creciente desigualdad en el acceso a los alimentos, el segundo semestre de 2025 se perfila como un periodo retador. Para millones de mexicanos, la lucha cotidiana por llenar la despensa es cada vez más difícil, y las cifras oficiales, a decir de Chávez Capó, “no alcanzan a reflejar la realidad que se vive en la calle”.