"La inflación es un impuesto silencioso. Si no fortalecemos el mercado interno, si no mejoramos salarios, seguridad y producción nacional, seguiremos atrapados en esta espiral inflacionaria”.
A pesar de los esfuerzos del gobierno federal y del Banco de México por contener la inflación, esta continúa impactando de manera significativa el poder adquisitivo de las familias mexicanas. Así lo advirtió el Dr. Anselmo Salvador Chávez Capó, profesor investigador UPAEP y docente de la Licenciatura en Administración Financiera y Bursátil.
“Estamos frente a una tendencia inflacionaria persistente que no ha logrado alinearse con la meta del Banco de México, que es del 3%, más o menos un punto porcentual. Y aunque el ingreso nominal no ha disminuido, la gente puede comprar cada vez menos”, apuntó.
El académico explicó que, si bien el año comenzó con cierta esperanza —una inflación de 3.59% en enero— esta se ha mantenido volátil. Para mayo alcanzó el 4.22% y, aunque en junio retrocedió ligeramente a 3.59%, la inflación anualizada se mantiene en 4.32%. “Eso representa una pérdida real del poder adquisitivo de al menos 4.5%”, indicó.
Asimismo, alertó sobre la inflación subyacente, la cual excluye precios volátiles y es más difícil de revertir. En junio, este índice alcanzó 4.23%, el nivel más alto en un año. “Cuando los precios suben, rara vez regresan a su nivel anterior. Eso ocurre con productos cotidianos, como los alimentos preparados. Una torta que sube a 80 pesos, difícilmente volverá a costar 75”, comentó.
Entre los productos con mayor alza en sus precios destacan: carne de res (+17.9% anual), uva (+25%), aguacate (+14%), leche (+7.6%) y huevo (+7.3%). Además, en la segunda quincena de junio se vieron incrementos en transporte aéreo (+7.32%), carne de cerdo (+1.52%) y zanahoria (+13.19%).
“Muchos de estos aumentos se trasladan directamente al consumidor, sobre todo en loncherías y restaurantes. Si sube la zanahoria, sube el jugo”, explicó Chávez Capó.
En este tenor, reconoció que algunos alimentos —como jitomate, calabacita y papaya— han registrado caídas de precios, lo que ha generado una ligera deflación en el índice no subyacente. Sin embargo, aclaró que estas disminuciones responden a factores estacionales y no deben considerarse permanentes: “si continúan las lluvias excesivas, podríamos tener afectaciones agrícolas importantes en el corto plazo”.
Con respecto a la política de reducción de tasas que ha iniciado el Banco de México, pasando del 11.25% al 8%, si bien se ve aliviado el costo de la deuda pública, también se puede impulsar el consumo y reactivar presiones inflacionarias: “si hay una tasa más baja, la gente se ve incentivada a comprar. Eso puede ser útil para la economía, pero también pone en riesgo la estabilidad de los precios si no hay una oferta suficiente de los productos”, puntualizó.
Otro rubro en el que afecta este fenómeno económico es el laboral, ya que de acuerdo con cifras del IMSS, en el primer semestre de 2025 desaparecieron más de 31 mil empresas formales, lo que representa una reducción del 3% en el número de patrones registrados. Esto ha obligado a muchos a migrar al sector informal, donde no se pagan contribuciones ni se cuenta con protección social.
“Más del 56% de los mexicanos trabaja en la informalidad. En Puebla, el porcentaje es aún mayor: 70%. Esta situación afecta la recaudación fiscal, limita el gasto público y deja a millones de personas desprotegidas”, dijo Chávez Capó.
El “superpeso” —que ha llevado el tipo de cambio a niveles cercanos a los 18.76 pesos por dólar— también ha afectado el ingreso de millones de familias que reciben remesas desde el extranjero.
“Antes una familia recibía 8,000 pesos por 400 dólares; hoy reciben entre 7,500 y 7,600. Es decir, hasta 500 pesos menos. Si eso lo multiplicamos por tres hijos mandando dinero, hablamos de mil pesos menos al mes para una madre en México”, ilustró.
“Hoy amanece diciendo que subirá aranceles a México, mañana amenaza con aranceles del 100% a Rusia. No hay un proceso lógico de toma de decisiones, sino ocurrencias. No se puede planear bajo esas condiciones. El futuro es tan incierto como lo que diga Trump mañana”.
La posibilidad de nuevos aranceles contra productos mexicanos también implicaría redirigir productos al mercado interno, donde el poder adquisitivo es más débil. “Un kilo de aguacate que se vendía a 100 pesos en EE.UU., aquí no se puede vender ni en 40 pesos”, agregó.
Por tanto, el académico propone una estrategia basada en mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, garantizar seguridad en carreteras e invertir en infraestructura.
“No sirve de nada fomentar el consumo local si los productos no llegan por imprevistos como la inseguridad o carreteras en mal estado. Además, debemos repartir mejor los ingresos: en lugar de que una persona compre cinco autos de lujo, que 15 trabajadores puedan comprar autos de gama media. Eso activa la economía”, explicó.
Para cerrar su participación, el Dr. Anselmo Chávez Capó fue claro en que la inflación en México no es pasajera, ya que se trata de un fenómeno complejo que necesita respuestas igualmente complejas. Igualmente, señaló que la inflación subyacente seguirá siendo el mayor riesgo, ya que refleja el aumento sostenido en precios de bienes y servicios listos para el consumo.
“La inflación es un impuesto silencioso. Si no fortalecemos el mercado interno, si no mejoramos salarios, seguridad y producción nacional, seguiremos atrapados en esta espiral. Necesitamos actuar hoy, para que nuestro ‘yo del futuro’ no nos lo reproche”, concluyó.