A 40 años del sismo de 1985 y a 8 años del de 2017, expertos llaman a fortalecer la ciencia, la ingeniería y la corresponsabilidad ciudadana.
Sensibilizarse, educarse de manera permanente y participar de simulacros, el mejor camino para la prevención, asegura la Dra. Celina Peña Guzmán, Secretaria de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno del Estado de Puebla.
En el marco de la conmemoración de los 40 años del sismo de 1985 y de los 8 años del ocurrido en 2017, especialistas, académicos y autoridades coincidieron en que la investigación científica en materia sísmica es esencial para reducir pérdidas humanas y materiales, especialmente en un país como México, donde diariamente ocurren en promedio 80 temblores, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional.
En la conferencia de prensa se contó con la presencia de la Dra. Celina Peña Guzmán, Secretaria de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación del Gobierno del Estado de Puebla; el Mtro. Jorge Rubén Peniche Reynoso, Vocal del Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Puebla A.C.; el Mtro. Pedro Díaz Bermúdez, Director de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP; así como los investigadores Dr. Eduardo Ismael Hernández y Dr. Gerardo López Arciga, de la misma facultad.
El Dr. Eduardo Ismael explicó que el verdadero riesgo no es la ocurrencia del sismo, sino la vulnerabilidad de las edificaciones. “Si no se cumple con un diseño y construcción adecuados, se corre el riesgo de sufrir colapsos y pérdidas humanas”, advirtió.
Recordó que, de tragedias como los sismos de 1957, 1985 y 2017, han surgido avances normativos y tecnológicos, entre ellos el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX), que ha demostrado su eficacia para salvar vidas.
Actualmente, UPAEP trabaja en dos líneas de investigación: el uso de inteligencia artificial para estimar peligro sísmico y la evaluación de vulnerabilidad de edificaciones con sensores de monitoreo estructural.
El Dr. López Arciga destacó la colaboración de UPAEP en redes interuniversitarias de instrumentación sísmica desde los años noventa, aportando datos valiosos para actualizar reglamentos. En este tenor, subrayó que la memoria social tiende a desvanecerse, pero la prevención debe ser constante.
“Los niños deben aprender desde temprana edad qué hacer en caso de sismo. Por tanto, los simulacros deben tomarse en serio, ya que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte”, afirmó.
La Dra. Celina Peña Guzmán enfatizó que la ciencia aplicada a la ingeniería civil no solo fortalece la infraestructura, sino que salva vidas. Relató su experiencia personal en el sismo de 2017 para destacar la urgencia de fomentar una educación preventiva desde la escuela básica hasta la universidad.
“Debemos sensibilizar a la población: no basta con rememorar cada 19 de septiembre, tenemos que educarnos permanentemente y ampliar la participación en los simulacros. La prevención es la mejor inversión que podemos hacer”, aseguró.
Asimismo, informó que el gobierno del estado impulsa proyectos de investigación en colaboración con UPAEP y el Tecnológico de Monterrey, fortaleciendo la capacidad científica local. También llamó a los dueños de casonas y edificios históricos a permitir la restauración y el uso cultural temporal de los inmuebles, con el fin de salvaguardar tanto el patrimonio como la vida humana.
Por su parte, el Mtro. Jorge Rubén Peniche Reynoso destacó que el Colegio de Ingenieros Civiles de Puebla ha conformado comités especializados en estructuras, geotecnia e instalaciones para fortalecer la seguridad estructural y generar foros de investigación aplicada. “Nos estamos organizando para integrar esfuerzos con otras instituciones y consolidar un trabajo más amplio en materia de seguridad”, puntualizó.
Señaló que UPAEP se ha consolidado como referente regional en ingeniería sísmica, formando profesionales comprometidos con la seguridad de las comunidades y con una visión social que va más allá de la técnica.
Al echar la vista 40 años atrás a raíz del sismo de 1985, y 8 años con respecto al de 2017, Puebla y México reafirman que la investigación sísmica es un pilar de la prevención y la resiliencia. Ciencia, educación, normatividad, cultura de protección civil y corresponsabilidad ciudadana deben caminar de la mano para evitar que los desastres naturales se conviertan en tragedias humanas, enfatizaron los académicos y autoridades.