En el marco de la temporada invernal, las enfermedades respiratorias agudas están registrando un incremento a nivel nacional. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, hasta la semana 41 del año —que comprende del 11 al 15 de octubre— se reportan más de 13 millones de casos en todo el país, lo que representa un aumento del 3.2% respecto al año anterior.
Eduardo Enrique López Villalobos, médico responsable de la Clínica Médica de Urgencias de UPAEP, explicó que Puebla ocupa el lugar 24 a nivel nacional en incidencia de infecciones respiratorias, con aproximadamente 91 casos por hora. “Afortunadamente no estamos entre los primeros estados, pero esto no significa que debamos bajar la guardia. Las medidas preventivas son fundamentales para evitar complicaciones”, subrayó.
López Villalobos destacó que las infecciones respiratorias más comunes en esta época son el resfriado común, la gripa y la influenza estacional, tanto en niños como en adultos.
En los menores, el virus sincitial respiratorio y el virus Coxsackie A son los más frecuentes, mientras que en adultos predomina la influenza estacional. Sin embargo, también pueden presentarse faringoamigdalitis, bronquitis y neumonías, que pueden ser de origen viral o bacteriano, dependiendo del caso.
“El Streptococcus pneumoniae, conocido como neumococo, es una de las bacterias más problemáticas en los cuadros de neumonía o bronquitis bacteriana”, explicó el especialista.
Asimismo, recordó que el virus de la influenza presenta diversas variantes, como H1N1, H3N2, tipo A y tipo B, y que el COVID-19 continúa circulando con nuevas mutaciones, por lo que no debe descartarse como causa de infección respiratoria.
El médico advirtió que todas las infecciones respiratorias inician con síntomas similares —malestar general, dolor muscular, cefalea, congestión nasal y molestias en garganta—, pero la evolución permite distinguir su gravedad.
“Cuando hay fiebre alta de 39 o 40 grados, tos intensa, ojos rojos y lagrimeo, puede tratarse de influenza o COVID-19, que requieren atención médica inmediata”, señaló.
Las infecciones bacterianas suelen presentar secreciones amarillas o verdosas, y en estos casos se requieren antibióticos prescritos por un médico, mientras que las virales se tratan de forma sintomática.
Los grupos más vulnerables son los niños menores de 2 años, los adultos mayores de 60 años y las personas con enfermedades crónico-degenerativas como diabetes, hipertensión, cáncer o enfermedad renal.
Entre las principales medidas preventivas, López Villalobos recomendó:
No enviar a los niños enfermos a la escuela.
Evitar el saludo de mano o beso.
Usar cubreboca en espacios cerrados o con aglomeraciones.
Lavarse las manos con frecuencia y usar gel antibacterial.
Ventilar correctamente los espacios, evitando corrientes de aire cruzadas.
No realizar ejercicio al aire libre muy temprano, para prevenir irritación en las vías respiratorias por aire frío.
“La responsabilidad empieza en casa. Si un niño presenta síntomas respiratorios, no debe asistir a clases. De lo contrario, se convierte en un foco de contagio para sus compañeros”, enfatizó.
El especialista reiteró que la vacunación sigue siendo la herramienta más eficaz para prevenir cuadros graves de influenza, COVID-19 y neumonía por neumococo.
“Hoy en día las vacunas son seguras y no provocan efectos secundarios graves. Se pueden aplicar incluso varias el mismo día, como las de influenza, COVID-19 y neumococo, sin riesgo alguno”, afirmó.
López Villalobos explicó que la vacuna contra el neumococo se recomienda especialmente para personas de la tercera edad, mientras que las de influenza y COVID-19 deben aplicarse en todos los grupos de edad, ya que las cepas virales cambian cada año.
Para fortalecer el sistema inmunológico, el médico aconsejó mantener una alimentación equilibrada, rica en vitamina C y vegetales verdes.
“Los cítricos como la guayaba, la naranja, el limón o la piña ayudan a reforzar las defensas. Hay que evitar los alimentos grasosos y el exceso de carbohidratos, porque deprimen el sistema inmune”, indicó.
También resaltó la importancia de dormir bien y mantener horarios regulares, ya que el descanso adecuado ayuda a que el cuerpo se recupere y resista mejor las infecciones.
Finalmente, Eduardo López exhortó a la población a mantener la prudencia durante los próximos meses, ya que los contagios aumentan entre diciembre y febrero.
“No hay que confiarse. Viene la parte más fuerte del frío, y con ello el repunte de infecciones respiratorias. Si seguimos las medidas básicas, evitamos complicaciones y cuidamos a los más vulnerables”, concluyó.
















