Salario mínimo no alcanza para una familia de cuatro integrantes
21/11/2025
Autor: Hugo Quintero
Foto: Hugo Quintero

Más del 50% de la población activa tiene solo un salario mínimo

UPAEP, a través del Centro de Investigación e Inteligencia Económica (CIIE), presentó un análisis actualizado sobre el costo de la canasta básica alimentaria en el estado y la ciudad de Puebla. El estudio reveló cifras preocupantes: una familia de cuatro personas que depende de un solo ingreso de salario mínimo no logra cubrir el costo mensual de su alimentación básica, lo que coloca a más de la mitad de la población económicamente activa del estado en situación de vulnerabilidad.

En la rueda de prensa estuvieron presentes el Dr. Alfonso Mendoza Velázquez, Director del CIIE; la Dra. Viviana Elizabeth Zárate Mirón, profesora de la Facultad de Economía; y el Dr. Oscar Salomón Castañeda, académico de la misma Facultad, quienes expusieron los hallazgos del nuevo Monitor de Alimentación y Pobreza Regional, instrumento desarrollado en la universidad para medir, con rigor metodológico, el comportamiento del costo alimentario en Puebla.

Viviana Zárate explicó que el cálculo de la canasta alimentaria —basado en la metodología que utilizaba CONEVAL— contempla el costo de una dieta básica para que una persona pueda realizar sus actividades cotidianas.

En el caso del estado de Puebla, en zona urbana, los resultados muestran que: Una persona necesita 2,294.50 pesos al mes para cubrir su alimentación básica. Una familia de cuatro integrantes requiere 9,177 pesos mensuales para la misma finalidad.

El contraste con el ingreso mínimo es contundente. El salario mínimo vigente, de 278.80 pesos diarios, equivale a un ingreso mensual aproximado de 8,364 pesos. Esto significa que no es suficiente para cubrir la canasta básica alimentaria de una familia de cuatro integrantes.

La académica enfatizó que la situación se agrava al considerar que el 52.6% de la población activa en Puebla percibe únicamente un salario mínimo, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) publicados por el INEGI. Esta cifra equivale a 1,584,788 personas en el estado.

“Estamos frente a un dato alarmante”, indicó. “Más de la mitad de los trabajadores poblanos está en situación vulnerable porque su ingreso no les permite garantizar la alimentación básica de su propio hogar”.

Zárate añadió que la situación es similar en la ciudad de Puebla, donde la canasta alimentaria urbana para una familia asciende a 9,180 pesos mensuales, con una variación anual de 3.72% respecto al año anterior. Y advirtió que el cálculo no contempla otros gastos indispensables como transporte, servicios o vivienda, por lo que la presión económica real es aún mayor.

Alfonso Mendoza subrayó que, contrario a lo que usualmente se piensa, la población urbana es la más afectada por el incremento en el costo de los alimentos. “Encontramos que es en las zonas urbanas donde se registra el mayor impacto, especialmente entre quienes perciben un salario mínimo”, señaló.

El director del CIIE adelantó que el monitoreo continuará de manera bimestral y que, además de Puebla, el equipo ya cuenta con estimaciones del costo de la canasta alimentaria para el resto de los estados de la República, con el objetivo de generar comparativos regionales.

Por su parte Oscar Salomón explicó los elementos que están presionando al alza los precios de los alimentos y afectando directamente a las familias. Identificó cuatro factores principales:

Factores internacionales, como la guerra entre Rusia y Ucrania que ha elevado los precios globales de granos como el trigo, impactando a México como productor y consumidor. Además, el incremento en los precios internacionales de combustibles encarece la producción agrícola.

Los fenómenos meteorológicos, por ejemplo la falta de lluvias en estados del norte —altamente productores de alimentos— reduce el inventario agrícola y aumenta los precios. Aunque Puebla y CDMX han tenido lluvias, no es el caso en todo el país.

También resaltó como una causa, los problemas sanitarios en el ganado; por ejemplo, el brote de gusano barrenador ha provocado restricciones en la exportación de carne mexicana y ha elevado los costos de atención veterinaria, lo que presiona los precios de la carne bovina.

Y finalmente expresó que la inseguridad y extorsión también elevan los precios de la canasta alimentaria. “La cadena logística de frutas, hortalizas y otros alimentos se ve afectada por prácticas de extorsión, lo que encarece el transporte y distribución”.

El académico también señaló que los productos con mayor volatilidad en Puebla han sido la carne molida de res con un incremento del 18% y el bistec de res con un aumento del 20% a nivel nacional

Este aumento ha generado una sustitución en el consumo: las familias poblanas han incrementado significativamente su compra de carne de pollo, por ser más económica.

El Dr. Salomón evaluó la renovación del PASIC —programa federal de contención de precios— implementado esta semana, señalando que si bien es positiva, sus efectos son limitados porque solo aborda un eslabón de la cadena agroalimentaria y no factores como seguridad o sanidad animal, que también encarecen los alimentos.

Para la Dra. Zárate, el hallazgo no solo revela un problema económico, sino uno de dignidad humana. Citó a León XIII al recordar que toda persona debería contar con alimentos suficientes y de calidad para vivir y trabajar dignamente.

El equipo académico coincidió en que el estudio abre la puerta a nuevas investigaciones sobre cómo las familias están enfrentando estos niveles de carestía: informalidad, remesas u otras alternativas de supervivencia.

Finalmente, el Dr. Mendoza señaló que el Monitor de Alimentación y Pobreza Regional estará disponible para consulta y actualización constante.

“Más del 50% de la población activa tiene solo un salario mínimo”, recalcó. “Eso significa que la mitad de los trabajadores poblanos podría estar en serios problemas para cubrir su alimentación básica. Es un tema que debemos seguir de cerca”.