México por ubicarse en una zona sísmica, cuentan con grandes ingenieros civiles, expertos en esta área de la ingeniería sísmica, pero a la sociedad le hace falta ser más exigente con el gobierno para que se apliquen correctamente los reglamentos, al momento de construir una obra.
Este 15 de junio, se cumplen 23 años del sismo que se registró en 1999, y así sucesivamente se han presentado los diferentes fenómenos telúricos que invitan a los especialistas en ingeniería civil, arquitectos y personas dedicadas al campo de la construcción, a estar preparados para saber cómo actuar frente a los temblores.
Los riesgos de desastre por fenómenos geodinámicos no se pueden descartar en algunos puntos del estado, cuando en Puebla se tiene evidencias de un alto nivel de peligro sísmico, señaló Eduardo Ismael Hernández, catedrático de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP.
Manifestó que en 1999 se registró un temblor muy intenso, el cual puso en evidencia la carencia de muchos aspectos que como sociedad teníamos en ese entonces, -muertos, heridos y pérdidas materiales- que nos hicieron reflexionar como sociedad para saber qué deberíamos hacer ante ese tipo de sucesos, tanto autoridades de los tres niveles de gobierno, universidades y diferentes sectores de la sociedad y tratar de evitar que se repitan estos desastres.
Ismael Hernández señaló que en el contexto del riesgo, el fenómeno natural juega un papel importante porque es la amenaza con la cual nosotros tenemos que lidiar y que como sociedad tenemos que aprender a vivir y ser resilientes para que no nos afecten los futuros fenómenos a los cuales estamos expuestos.
Al referirse al tema de los deslaves de tierra, comentó que las personas que se dedican al campo de la construcción, los que tienen que realizar planes para el crecimiento y desarrollo de las zonas urbanas en las ciudades en donde el ser humano necesita coexistir y vivir, necesita contar con las políticas públicas necesarias, que deben emanar de las autoridades para que de alguna forma, la gente esté protegida y resguardar su integridad y evitar la presencia de otros desastres que se pudieran presentar.
Abundó que los sismos y los deslizamientos de laderas, son fenómenos que sí afectan y que vale la pena recordar a la sociedad que se deben generar los esquemas de acción que ayuden a evitar estos desastres nuevamente.
Dijo que México es un país altamente sísmico, por lo que es importante que las universidades como es el caso de la UPAEP, generen los siguientes cuadros de ingenieros civiles que estén comprometidos en primera instancia con la comunidad en la que nacieron y que de alguna manera en su ejercicio profesional, puedan ejecutar correctamente las construcciones, puedan implementar los diseños correctos, si están desde la perspectiva de la supervisión, ellos puedan ejecutar estos trabajos de supervisión correctamente y estar pendientes ante las amenazas de los fenómenos naturales que se puedan presentar.
Subrayó que ante la presencia de sismos, lo que se espera es que las construcciones resistan en la medida de lo posible las embestidas de la naturaleza, que las construcciones estén bien diseñadas y bien edificadas.
Eduardo Ismael, explicó que con respecto al tema de los deslaves y de cómo afectan éstos a las zonas urbanas, la ingeniería proporciona herramientas para poder identificar esas zonas de peligro, de riesgo y ejecutar los planes de acción a través de la construcción de los atlas de riesgos en los municipios más susceptibles de sufrir estos deslaves como es la Sierra Norte del estado y los municipios cercanos a esta zona.
Por su parte, Gerardo López Arciga, catedrático de la Facultad de Ingeniería Civil de la UPAEP, refirió que con la llegada del sismo de 1999, los gobiernos de Puebla, perdieron la oportunidad de trabajar en conjunto con las sociedades de ingenieros de aquel entonces; porque podemos decir que en esas fechas la UPAEP ya contaba con una red de instrumentación sísmica junto con otro grupo de universidades que recababan información de estos fenómenos telúricos que se presentaban, pero se perdió esa gran oportunidad de trabajar de manera coordinada.
Dijo que gracias al apoyo solidario de los diferentes sectores de la sociedad, después de los hechos del sismo de 1999, se pudieron llevar a cabo muchos trabajos de observación, de revisión y de rehabilitación de muchos inmuebles que se vieron afectados de manera importante en sus estructuras por el temblor y en donde la UPAEP trabajó de manera coordinada con el Colegio de Ingenieros de Puebla en estas revisiones de las construcciones.
Subrayó que es importante contar con los reglamentos necesarios para las obras de construcción, porque orientan a los ingenieros, orientan el diseño de las estructuras, sin olvidar que el ingeniero tiene conocimientos, tiene habilidades y lo que aprenden en las universidades, pero los reglamentos ayudan e invitan a aplicar los procedimientos necesarios para construir un edificio.
López Arciga enfatizó que México por ubicarse en una zona sísmica, cuentan con grandes ingenieros civiles, expertos en esta área de la ingeniería sísmica, pero a la sociedad le hace falta ser más exigente con el gobierno para que se apliquen correctamente los reglamentos. Además de estar conscientes de la importancia que tiene el participar en los simulacros y concientizar a las nuevas generaciones de niños y jóvenes de la importancia que tiene el estar alertas ante estos fenómenos naturales.