Cuando era pequeña y salía con mi mamá, en repetidas ocasiones nos llegábamos a topar con aquellos felinos de un pelaje negro como la noche, sus largos bigotes y ojos llenos de curiosidad. Cuando esto pasaba, mi madre empezaba a analizar el entorno y buscaba si es que se encontraba algo que tuviese madera, mientras esto tomaba lugar, yo solo me quedaba admirando al cuadrúpedo: me hipnotizaban aquellos ojos llenos de diversas tonalidades verdes, amarillas o azules.
Sin previo aviso, mi mamá me decía –“ven y toca madera”-; despertaba de mi trance y la seguía. Si encontraba madera, este ritual se llevaba a cabo; sin embargo, si este material no estaba presente alrededor, rápido apresuraba el paso para llegar a casa y tocar la alacena o la tabla para picar las verduras.
Comprendí que el ver a un gato negro era asociado con la mala suerte; no obstante, había algo en mí que no creía aquella superstición y simplemente me rebelaba ante la misma e intentaba acercarme a los gatos para acariciarlos; salían despavoridos.
Muchas personas son fieles a esta creencia, pero, a todo esto. ¿De dónde surge este misticismo que liga a los gatos con la fatalidad? El día de hoy lo averiguaremos.
Si retrocedemos en el tiempo, podremos ver que los gatos han estado presentes en la historia de la humanidad; tuvieron un papel muy importante en la sociedad egipcia (Antiguo Egipto), pues, estos eran venerados como dioses: cuando estos perecían eran momificados y enterrados con lujos.
No obstante, esta percepción cambió con los celtas y su herencia cultural, pues, ellos consideraban que los gatos negros eran la reencarnación de demonios o de personas impías (quienes se oponían a la iglesia). Esta impresión tomó mayor fuerza en la Edad Media debido a que los gatos negros eran asociados con la brujería; las mujeres que tenían de mascota a uno de estos felinos eran acusadas de ser brujas; tan marcada era la asociación, que, el mismo Papa Gregorio IX consideró que los cátaros (secta cristiana que criticaba el papado y la jerarquía romana) se encargaban de criar gatos negros.
Por otra parte, estos mininos fueron perseguidos exhaustivamente debido a que se pensaba que eran los perpetradores y propagadores de la peste negra (cosa que no lo era). Asimismo, se tenía la idea de que estos representaban a los pecados capitales. A partir de estos acontecimientos, los gatos negros están ligados a la convicción de que traen mal augurio a cualquiera que los llegue a ver.
Ante la pregunta planteada al inicio de este artículo, nos podemos dar cuenta de que todo partió por acorazonadas que carecían de fundamento. Dicho esto, considero que ya es tiempo de dejar esta superstición a un lado y simplemente convivir con los mismos; no hay que maltratarlos o dejarlos a un lado solo por su color.
Recuerda que el negro denota elegancia.
Bibliografía:
National Geographic Historia. (s.f.). El gato, dios y mascota en el Antiguo Egipto. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/gato-dios-y-mascota-antiguo-egipto_18651
Roma, I. (2022, 28 de octubre). La oscura leyenda que asocia los gatos negros con la mala suerte. Levante. https://www.levante-emv.com/vida-y-estilo/2022/10/28/mala-suerte-gatos-negros-59047313.html