Dirigida por Bong Joon Ho, cuenta la historia de una familia en una situación económica complicada. Cada uno de ellos logra conseguir un empleo dentro de la casa de una familia adinerada y poco a poco comienzan a tomar las riendas del orden de las cosas dentro de la casa. Un suceso lo cambiará todo.
En esencia es una sátira social, porque muestra la forma de solucionar problemas de dos familias completamente diferentes en cuanto a su postura socioeconómica. Un elemento clave que utiliza de forma excepcional el director son los elementos visuales. Marca de forma muy natural pero evidente la diferencia de estas dos familias y el mundo en el que se desenvuelven. Gran parte de esto se debe a la combinación de la mente de Bong Joon Ho y el talento de su director de fotografía Hong Kyung-py añadido al excelente trabajo del departamento de diseño de producción (Dirección de arte). Todo esto logra transmitir de manera muy asertiva y visualmente satisfactoria la narrativa entre las diferencias de estas dos clases sociales.
Bong Joon Ho ha demostrado su talento en la dirección cinematográfica con otras películas memorables como lo son “Okja” (2017), “Mother” (2009) o “The Host” (2006), pero es en “Parasite” dond genuinamente podemos apreciar lo que una obra maestra es dentro del ámbito cinematográfico. Realizadas con una precisión narrativa impecable, logra mantener esa humanidad y esa vulnerabilidad viva durante cada escena. No es debido etiquetar al estilo de Joon-Ho y sus guiones a un solo género, es algo que también aporta de cierta forma a su esencia, sino que recorre diferentes géneros y logra plasmarlos en la pantalla de forma en que funcionen y puedan tener ese carácter distintivo.
En “Parasite” podemos apreciar un poco de esta habilidad del director de adaptarse a diferentes géneros. Con secuencias que obligan al público a sacar una carcajada, momentos de tensión y suspenso, drama e incluso escenas con la porción justa y complementaria de violencia. Es un elemento admirable dentro de cualquier realización cinematográfica que pocos realizadores logran completar de manera satisfactoria.
“Parasite” es definitivamente una película que merece el éxito y el reconocimiento que obtuvo pero hay que tener presente que no es una obra apta para cualquier público. Explora temas sensibles de una forma muy oscura, como el engaño, el control, la manipulación y la depravación. Existen secuencias de un gran valor narrativo pero suficientemente explícitas que apuntan hacia el existencialismo de aquellas personas cuya moral se encuentra quebrantada.
A pesar de ser una película cuyo plot social se desarrolla en el contexto de Corea del Sur, se adapta a la perfección a cualquier parte del mundo donde el capitalismo sea vigente en plenitud. Parasite trae a la ficción la realidad de los prejuicios y conflictos entre clases sociales mediante elementos clave que se vuelven un logro en cuanto a lograr capturar esta desigualdad.
A demás de las acertadas decisiones creativas, Joon-Ho elige un cast excepcional para interpretar a los miembros de estas dos familias. Logra trabajar con ellos para obtener una interpretación impecable de cada uno de ellos y de una verosimilitud contundente.
El humor negro que es una decisión clave en la conceptualización del director en cuanto a la narrativa. Lo “oscuro” del tema principal de la trama va perfectamente de la mano, creando así algo adictivo pero a la vez perturbador. Mezcla algo que muchos podrían considerar incluso como algo malo con comedia y sátira para lograra así comunicar de forma casi perfecta el problema de divisiones en las clases sociales.
Todos estos son elementos que en unión unos con los otros, hacen de “PARASITE” la obra maestra que es. Una experiencia fílmica que puede llevar al espectador en una montaña rusa de emociones de forma orgánica pero sin perder el factor sorpresa. A pesar de ser una opinión bastante popular, “PARASITE” tiene bien merecido su premio de la academia a mejor director, mejor guion original y a mejor película del año y esto puso la barra muy alta para las próximas películas que quieran clasificar para estas categorías en los próximos años. Tristemente no ha sido el caso en los dos años siguientes pero aún así queda como una de las mejores películas de la década sin duda alguna y será el tiempo quien decida si termina convirtiéndose en un clásico.