Una de las películas más anticipadas del 2022, posiblemente por el hecho que dentro de su elenco se encontraba el cantante británico Harry Styles y la talentosa actriz Florence Pugh.
Esta obra se ha visto envuelta en una serie de dramas y polémicas en redes sociales desde antes de su estreno en los festivales de cine más importantes.
Esta cinta está dirigida por Olivia Wilde, cuya filmografía está dedicada casi exclusivamente a la actuación. A pesar de que no es su primera vez fungiendo como directora ya que en 2019 hizo su debut con “booksmart”, Olivia sigue quedando a deber mucho como realizadora.
Es difícil decir exactamente de qué va la historia ya que se encuentra llena de incertidumbre y preguntas sin resolver que solo dejan al espectador confundido. Aunque se quiera desafiar a los estándares de estructura de guion, esta película no logra establecer la problemática hasta casi una hora y media después de haberse iniciado. Las escenas se sienten largas, hay momentos donde no se puede diferenciar lo que le sucede al personaje de Florence en realidad y lo que sucede en su cabeza, hay secuencias que se sienten puestas al azar e incluso varias personas en internet se percataron que el personaje que interpreta la directora en la película llama a la actriz por su nombre real en lugar del de su personaje.
Aunque el trabajo de dirección se siente pobre y mal ejecutado en muchos aspectos, algo muy destacable y que la película realiza de forma pulcra es el diseño de producción. Este departamento a cargo de Katy Byron logra de manera acertada crear un mundo que se siente utópico con toques de los 50´s y el estilo de vida que se llevaba a cabo en esa época.
Es muy probable que la opinión del publico esté sesgada por el hecho que su personaje principal está interpretado por uno de los artistas contemporáneos más relevantes, Harry Styles. Aunque sabemos que su talento destaca más como cantautor y compositor, no queda mucho a deber como actor. Claro está que tampoco es su especialidad pero es evidente que tiene la capacidad y las herramientas para construir un personaje redondo.
Don´t Worry Darling, es una película que se siente hecha meramente con la intención de vender y que tiene un público target muy, pero muy específico. Desde el lado artístico hay muy poco rescatable de ella y creo que aquellos que deciden verla e invertir su tiempo en ella es para hablar de Harry Styles o porque la estrategia de marketing basada en crear polémica alrededor de los realizadores de la cinta resultó muy eficiente.
