^{Alas de la Memoria es un espacio de creación literaria de la Facultad de Humanidades a cargo del profesor Noé Blancas.}

Ella solo bailaba, bailaba, bailaba. Alguien se acercó y le dijo:

—Oh, bella mujer, baile usted conmigo.

Él era alto, vestido de charro, el sombrero no dejaba ver su rostro, pero eso no restaba en nada su porte elegante.

Comenzaron a bailar, bailar, bailar. Solo él sabía cómo atrapar su mirada, congelar su sonrisa y robar su alma, con la luz de la luna como testigo y cómplice de su delito.

—Vámonos de aquí –le propuso.

—Sí –concedió ella–, ya no aguanto los zapatos.

Después de cabalgar por un largo rato, ella gritó:

—¡Alto, detente!

Él se detuvo, sabiendo que la mujer no podía huir. Ella bajó del caballo y le ofreció una rosa. —¿Eres el diablo? ­–preguntó el charro, un tanto asustado.

Ella sonrió:

—No. Soy la muerte.