Cempasúchil, fotos, comida, café, pan, agua, sal, veladoras. El aire está cargado de misticismo, melancolía y en cierto modo, de alegría por el seguir vivos para tener presentes en el intelecto a aquellos que no se encuentran con nosotros en este plano astral. El clima se siente frío, cálido; es frecuente presenciar a la lluvia en esta temporada.

Desde pequeña, fui criada en una familia en dónde durante estas fechas nunca faltaba el café y el pan en las ofrendas de nuestros familiares. Así pues, estoy bastante familiarizada con ambos términos; son como un abrigo que cubre a mi ser para brindarlo de calor, además de energía; me da un sentido, es mi motor.

A través de los años, siempre me preguntaba y se me pasaba por la mente cual era la historia detrás del célebre “pan de muerto”. Sin embargo, la idea solo se manifestaba en mi entendimiento mientras esta celebración tomaba lugar para posteriormente desvanecerse como el humo del cigarro. Este año, no es la excepción: a diferencia de los lapsos anteriores, se marca un final ante una indagatoria no respondida. Hoy sabremos la historia de estos panecillos.

Para entender los orígenes del mismo, es necesario situarnos en la etapa precolombina; dentro de este periodo, los aztecas tendían a efectuar sacrificios humanos para mantener contentos a sus dioses. Como ofrenda, solían arrancar los corazones de las doncellas; luego de este acto, metían el órgano en un cuenco lleno de amaranto; posteriormente, el que oficiaba la ceremonia, comía una parte del corazón. Con la sangre desparramada, realizaban una hogaza de amaranto molido y tostado. Suena demasiado salvaje e impensable este juicio; pero, esto hacían nuestros antepasados.

Pasando el tiempo, el platillo se modificó ulteriormente de la llegada de los españoles: negaron cualquier rito de esta índole. Como consecuencia de ello, se inclinaron por la producción de un pan fabricado con harina de trigo; a este se le confeccionaba en la forma de un corazón, en adición a ello, era adornado con azúcar teñida de un color rojo; esta era usada para hacer alusión al líquido carmesí que fluye en nuestras venas. Dicho esto, este es el comienzo del pan de muerto como lo conocemos hoy día.

Y a todo esto… -“¿Qué significado tiene el pan de muerto?”-. Es simple y sencilla la explicación a esta pregunta: en primera instancia, la forma circular representa el ciclo de la vida y de la muerte. La pequeña circunferencia que sobresale en la parte superior hace alusión al cráneo; las cuatro canelillas simbolizan los huesos, igualmente que los lamentos y las lágrimas dirigidas a quienes han perecido. Del mismo modo, estas están colocadas de acuerdo a los cuatro puntos cardinales personificando a los dioses Quetzalcóatl, Tláloc, Xipe Tútec y Tezcatlipoca.

Quien diría que una duda de años pudo ser resuelta en un santiamén. Recuerda comer una hojaldra.

Bibliografía:  

Santiago, B., & Zamudio, G. (2021, 30 octubre). EL ORIGEN DEL PAN DE MUERTO, UNA DELICIOSA TRADICIÓN. Universidad Tamaulipeca. Recuperado 29 de octubre de 2022, de https://universidadtamaulipeca.edu.mx/2021/10/30/el-origen-del-pan-de-muerto-una-deliciosa-tradicion/#:~:text=La%20historia%20del%20pan%20de,comiera%20una%20parte%20del%20coraz%C3%B3n.

¿Cuál es la historia del Pan de Muerto? (2021, 6 octubre). Muy Interesante. Recuperado 29 de octubre de 2022, de https://www.muyinteresante.com.mx/historia/historia-pan-muerto/