De México al espacio: El legado del AztechSat-1 (parte 1)
05/12/2024
Autor: Fernanda Bretón / Vanessa Sedeño/Bryan Martínez

A cinco años del lanzamiento del primer nanosatélite diseñado y construido por estudiantes mexicanos, puesto en órbita desde la Estación Espacial Internacional.

El rugido de los cohetes resuena en la distancia, mientras un grupo de jóvenes ingenieros, algunos todavía en su etapa universitaria, presencia en vivo el momento histórico en que el Aztech-Sat-1 se prepara para despegar hacia el infinito. El calor del sol refleja en las superficies metálicas del Falcon 9 de SpaceX, mientras los nervios y la emoción se entremezclan en el aire. En la plataforma de lanzamiento, la cuenta regresiva se convierte en un latido colectivo, marcando el último suspiro antes de que el satélite se eleve. Este es solo el comienzo de una serie de logros que no solo transforman la industria aeroespacial, sino también el panorama educativo y la mentalidad de todo un país.

En las siguientes entregas, exploraremos cómo el Aztech-Sat-1 marca un antes y un después para México, cómo la educación STEM se ve renovada, los desafíos tecnológicos que enfrenta el país en su camino hacia el espacio, y el legado que deja en las nuevas generaciones.

El Aztech-Sat-1, un antes y un después para México

El 5 de diciembre de 2019 marcó un punto de inflexión en la historia aeroespacial mexicana con el lanzamiento del Aztech-Sat-1, el primer satélite desarrollado por estudiantes y académicos de UPAEP que llegó a la Estación Espacial Internacional (EEI). Este acontecimiento no solo posicionó a México como un país con capacidad para incursionar en el espacio, sino que demostró que las universidades pueden ser catalizadoras de proyectos de alta tecnología en colaboración con agencias internacionales como la NASA.

“Fue un hito muy importante, no solo para la UPAEP, sino también para México, porque seguimos la metodología de la NASA. Esto demostró que en el país podemos realizar proyectos con calidad global”, destacó Eugenio Urrutia, Director de Proyectos Aeroespaciales de UPAEP, al rememorar el arduo proceso de diseño y ensamblaje del satélite.

El Aztech-Sat-1 tuvo como misión principal validar la capacidad de comunicación entre nanosatelites mediante la red GlobalStar. A través de este logro, México se consolidó como un participante relevante en el desarrollo de este tipo de satélites, tecnologías de comunicación y experimentación en órbita, áreas que hasta entonces eran dominadas por países con mayor experiencia en la industria aeroespacial.

El significado del Aztech-Sat-1 para México y UPAEP

Para UPAEP, el Aztech-Sat-1 representó un desafío monumental. La universidad, en su empeño por posicionarse como un referente de educación superior, logró involucrar a un equipo multidisciplinario de estudiantes y profesores en un proyecto que superó las barreras del conocimiento y la infraestructura disponibles en el país. Además, el proyecto fue un catalizador para el crecimiento de la cultura científica en México, inspirando a jóvenes estudiantes a interesarse por disciplinas tecnológicas y científicas, como la ingeniería y la física.

El éxito del Aztech-Sat-1 trascendió el ámbito académico y despertó un renovado interés por el sector aeroespacial en México. Antes de este proyecto, las iniciativas en este campo eran escasas y dependían principalmente de colaboraciones internacionales. Sin embargo, la visión de UPAEP y el respaldo de la NASA probaron que los talentos nacionales podían competir al más alto nivel.

"El proyecto marcó un antes y un después, posicionando a México en la escena internacional y fortaleciendo su industria aeroespacial en crecimiento", afirmó Daniel Flores Alonso, profesor e investigador de la Facultad de Ingeniería.

La repercusión no se limitó a la comunidad científica. Empresas del sector privado, instituciones de gobierno y otros centros educativos comenzaron a interesarse por desarrollar proyectos similares, sentando las bases para la formación de un ecosistema aeroespacial más robusto. Esto incluye iniciativas como el satélite Gxiba, un esfuerzo colaborativo entre UPAEP y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), que refuerza el compromiso de México con la investigación espacial.

Por su innovación, el proyecto AztechSat-1 fue reconocido por la propia NASA como uno de los proyectos destacados en su publicación “20 años de Ciencia” de la Estación Espacial Internacional, así los señaló Andrés Martínez, Alto Ejecutivo de la NASA.

“AztechSat-1 ha representado una experiencia invaluable por la colaboración que ha significado entre los actores del sector como agencias espaciales, universidades y empresas para el diseño, construcción, pruebas y operación articulada de proyectos espaciales. También colocó a la UPAEP como una universidad de vanguardia, referente nacional en el tema espacial, al haber sido la institución desarrolladora del proyecto, al que se sumaron otras instituciones”, puntualizó.

El satélite no solo fue un símbolo del talento nacional, sino también un ejemplo de cómo una institución educativa, a través de la investigación aplicada, puede contribuir a solucionar retos globales. Su lanzamiento, y sobre todo su misión en el espacio, representaron un antes y un después en la educación tecnológica en México, ofreciendo a los estudiantes no solo el conocimiento técnico, sino una experiencia única en el desarrollo de tecnologías espaciales.

La metodología y la colaboración con la NASA

Desde sus primeras etapas, el Aztech-Sat-1 se diseñó bajo los estrictos lineamientos de la NASA. La agencia espacial estadounidense proporcionó soporte técnico y formativo, asegurando que el proyecto cumpliera con los más altos estándares internacionales. Para muchos estudiantes de la UPAEP, esta colaboración significó no solo un aprendizaje académico de primer nivel, sino también una oportunidad para experimentar de cerca la dinámica de los programas espaciales de la NASA.

El proceso de creación del satélite incluyó la capacitación de los estudiantes en varias áreas clave de la ingeniería espacial, como la mecánica orbital, los sistemas de comunicación satelital y la miniaturización de componentes. La orientación de expertos de la NASA permitió que el Aztech-Sat-1 no solo cumpliera con su misión de validación de tecnología, sino que también sirviera de base para futuras misiones espaciales de México.

Este éxito posicionó a México como un referente en la carrera espacial, mostrando que con la colaboración adecuada y el impulso del sector educativo y privado, el país tiene las capacidades necesarias para formar parte activa de la industria aeroespacial global. El satélite, que fue lanzado desde Cabo Cañaveral, también marcó un hito en las relaciones internacionales de México en el ámbito espacial, poniendo al país en el mapa de las naciones que desarrollan y operan satélites propios.