Estudiantes UPAEP llevarán su fe y conocimiento a misión en África
27/05/2025
Autor: Yolanda Jaimes

Ivette Gutiérrez y Javier Pavón, alumnos de Medicina y Administración, viajarán a Kenia para apoyar a la comunidad Maasai con proyectos de salud y desarrollo comunitario.

Michelle Ivette Gutiérrez Cruz y Víctor Javier Pavón López, estudiantes de Medicina y Administración de Empresas, respectivamente, aceptaron el llamado de Dios para ir de misión a África y compartir su amor con la comunidad de Lenkisem, ubicada en Kenia y habitada por el pueblo Maasai. Permanecerán allí durante todo el mes de junio como parte de esta experiencia internacional.

“Nunca me había pasado por la cabeza irme de misión a África, pero Dios habló a través del Evangelio y me mostró lo que Él quería. Él fue acomodando el camino”, compartió Ivette Gutiérrez.

Por su parte, Javier Pavón confesó que no sabía lo que implicaba ser misionero, pero un libro de los Misioneros de Guadalupe titulado Almas despertó su curiosidad al leer sobre el trabajo que realizaban en África y otras partes del mundo.

“En ese momento no lo tenía planeado, pero en 2023 me fui de misión a Ixtacamaxtitlán y me enamoré. Esa experiencia me ayudó a acercarme más a mi fe, a Dios. Al año siguiente, durante Semana Santa, participé nuevamente en misiones. Fue más o menos cuando salió la convocatoria para África, y Denaly, de Pastoral, me invitó a una plática”, relató.

Ivette y Javier fueron seleccionados entre cerca de 100 postulaciones. Sin embargo, para participar en esta misión, los jóvenes no solo dijeron “sí quiero ir” y abordaron un avión, sino que pasaron por una preparación de al menos seis meses. Durante ese tiempo participaron en dos misiones nacionales, una en la Sierra Norte de Puebla y otra en la Sierra Tarahumara en Chihuahua, además de recibir formación sobre la comunidad a la que asistirán.

El Pbro. Miguel Ángel Ramírez, Coordinador de la Misión Internacional, les ha impartido sesiones enfocadas en comprender los desafíos sociales, culturales y económicos de Lenkisem.

Carlos Manuel Martínez Cruz, Jefe de Pastoral de la Cultura en UPAEP, explicó que los jóvenes son enviados según su perfil y las necesidades de la comunidad destino.

“Llevamos proyectos por equipos en los que tratamos de aplicar los conocimientos de nuestras carreras para dejar un granito de arena. Por ejemplo, una de las propuestas ya aprobadas por los Misioneros de Guadalupe es brindar un curso de RCP a los habitantes de Lenkisem para que sepan cómo actuar en caso de emergencia, así como enseñar técnicas de reanimación neonatal, pues el Padre nos comentó que hay mucha mortalidad en neonatos. También realizaremos una jornada de aplicación de flúor y desparasitación”, explicó Ivette.

Por su parte, Javier espera apoyar en el área administrativa: “Empoderarlos en el uso y aprovechamiento de sus tierras impactaría directamente en la disminución de sus gastos por recaudación”, señaló.

“Desde el momento en que nos bautizamos somos llamados a misionar, ya sea yendo a comunidades o en nuestra casa, con nuestros amigos, o incluso en la misma universidad. Yo le diría a quienes no han misionado que se arriesguen y no tengan miedo de perder uno que otro prejuicio. A veces nos da pena hablar de religión, pero en las misiones tú no solo llevas, allá también recibes, y eso llena mucho el corazón”, compartió.

¿Qué significa para ti ser instrumento de Dios en esta misión en África? —se le preguntó a Ivette.

“Es una gran responsabilidad, porque yo no voy representando ni a UPAEP, ni a UIC, ni a Misioneros, sino a Dios. Así que cada acción y cada gesto hacia las personas es una representación suya. Es algo muy grande, una responsabilidad enorme, pero al mismo tiempo me siento muy afortunada. Muchos son los llamados, pocos los elegidos, y estoy muy agradecida con Dios. No sé qué vio en mí, pero algo debió ver para darme esta gran oportunidad”, expresó.

Finalmente, Ivette compartió que cada persona tiene un llamado, pero hoy ella y Javier han sido invitados por Dios a servir a través de sus carreras. Y es precisamente mediante esta vocación profesional que creen posible alcanzar la santidad: “Es un regalo muy grande”, concluyó.