Pedro David Vázquez Núñez, relata cómo fue su experiencia de intercambio en Corea del Sur, donde enfrentó retos académicos, culturales y personales que le permitieron crecer como profesionista y como persona.
Para muchos estudiantes de Ingeniería, los intercambios suelen apuntar hacia Europa o Estados Unidos, pero Pedro David Vázquez Núñez decidió abrirse paso en un escenario distinto: Corea del Sur.
Aunque inicialmente su entorno académico lo orientaba hacia Alemania, pues sus profesores le decían era una buena opción para él, y pese a que él tenía el idioma, él decidió arriesgarse, principalmente por el boom tecnológico que actualmente el país asiático experimenta.
“Para mí la opción siempre fue Asia. Me encantó ver el reto del idioma y la percepción de que los coreanos estudian mucho. Eso me motivó a continuar con mi proceso de intercambio”, confesó.
Si bien su familia fue clave para hacer realidad esta experiencia, cuando Pedro les dijo cuál sería su país destino abrieron los ojos, sin embargo, lo que les tranquilizó fue la seguridad del país y que la gente es respetuosa.
Rumbo a Seúl
El camino para llegar a Seúl fue exigente, pero lleno de aprendizajes. “El proceso de aplicación me pareció integral, te checan lo académico, lo económico y lo psicológico. Son retos que te llevan a conocerte a ti mismo antes de estar solo en otro país”, relató Pedro Vázquez y agradeció especialmente a Mercedes, del área de Internacionalización por el acompañamiento durante todo su proceso.
Agregó que incluso la visa resultó sorprendentemente sencilla pues solo envió sus documentos y en dos días ya estaba autorizada.
“La verdadera prueba emocional tocó el momento de pasar el filtro de seguridad en el aeropuerto de México. Fue cuando experimenté un bombardeo de emociones. Por un lado, estaba feliz de cumplir un sueño, pero también sabía que dejaba a mis papás y amigos. Lo que predominó fue la emoción de empezar un capítulo nuevo.”
Al aterrizar en Seúl, Pedro quedó impresionado, relató que nunca había visto un aeropuerto así de grande, tanto que le tomó cerca de 20 minutos y aún no llegaba a Migración. Así mismo, dijo, le sorprendió el orden y cuidado que le daban a las maletas pues les ponen una esponjita para amortiguar la caída.
Sejong University
Cuando llegó a la Senjong University, Pedro y el resto de estudiantes internacionales fueron recibidos por el Global Body, conformado por un grupo de estudiantes locales que les explicaron fechas de exámenes, días de asueto y les dio un tour por el campus.
Allá, Pedro cursó materias como Teoría Electromagnética, Sistemas de Comunicación, Programación Avanzada y Matemáticas IV, siendo esta última su favorita.
“El profesor era de la India, impartía la clase en inglés y siempre tuvo tiempo para mí. Me recibió muy bien porque él también era internacional, incluso me inspiró a hacer un portafolio personal donde concentrara todos mis proyectos. Él estudió Ingeniería Mecánica, pero se quedó en el sector Aeroespacial, su tesis fue de Nanosatélites y motores de propulsión. Y me acuerdo que le mencioné que estaba yo usando un programa para hacer simulación de aerodinámica, y me dijo que él también lo usaba, de ahí en adelante cada que me lo encontraba en el Campus cuando yo salía a correr y él a andar en bici, nos deteníamos a platicar un rato”, detalló.
Sin embargo, no todo fue sencillo, en su primera clase, la de Electromagnetismo, llegó un minuto tarde pues se equivocó de edificio y cuando llegó al salón que él pensaba era el correcto le informaron que no era así, así que tuvo que atravesar el campus corriendo. Al llegar, el profesor —de Corea — sin conocerlo ni nada simplemente le dijo: ‘vas a reprobar’.
“Solo le dije que aun así quería quedarme a clase y sí, no fue fácil, fue muy duro, pero al final pasé porque Corea las evaluaciones son distintas: no todos pueden sacar 10 ni todos reprobar; usan la curva estadística. Eso fue un gran reto, pero como mexicanos debemos creérnosla, estamos preparados para competir internacionalmente”.
Amistades y vida cultural
Pedro asegura que el acompañamiento de compañeros internacionales fue vital. “Tuve amigos de Estados Unidos y Corea que hicieron la vida más bonita. Repasábamos juntos en la cafetería y eso me ayudó mucho a adaptarme.”
También disfrutó de la gastronomía local como el kimchi, que fue su favorito y lo acompañaba con arroz y proteína. También el ramen pues era un platillo muy completo, aunque confesó, lo que no volvería a probar es una sopa de cola de vaca. Otro platillo de sus favoritos es el pollo frito, que fue un gran descubrimiento, y es que dijo “además de barato es delicioso”.
Finalmente Pedro invitó a sus compañeros que estén deseosos de realizar un intercambio, a salir de su zona de confort intentando irse a donde no se va la mayoría, no solo por el hecho de retarse a sí mismos, sino para hacer la diferencia en un mundo laboral tan competitivo como el de hoy.
“El día de hoy, si vas a donde van todos, no tienes un diferenciador en tu carrera como ingeniero. Busquen un país que los rete. Corea del Sur me dio experiencias únicas y me permitió crecer como estudiante y como persona. Si tienen la oportunidad, no duden en ir a un lugar distinto, porque lo que parece lejano puede convertirse en la aventura más enriquecedora de su vida. Además, Corea es un país accesible para nosotros como mexicanos”, acotó.