“Todas las cosas se enemistan cuando Dios deja suelto a un pensador en este planeta”, (Hamilton, 1930, p. 38).
Decimos que somos libres... pero nos vestimos pensando en las personas que están a nuestro alrededor, nos adaptamos para cumplir los estándares de belleza impuestos sobre nosotros incluso si nos lastiman, nuestro feed de Instagram tiene que ser impecable, debemos aparentar ser felices y que estamos viviendo el momento de nuestras vidas, aunque últimamente nada está bien y nos adaptamos a las reglas sociales cuando sabemos que el sistema ya no funciona, con tal de recibir la aceptación como seres sociales e interdependientes que somos.
Conceptos tan abstractos como la libertad han tratado de ser conceptualizados desde el inicio de los tiempos. En la edad media el hombre tenía muchas restricciones respecto a su libertad, pero contaban con un sentimiento de identidad y de pertenencia hacia su pueblo. En el renacimiento el hombre se encontró consigo mismo, se sentía más grande que el mundo y después un tanto pequeño, finalmente comprendió que cada uno escribía su destino y por lo tanto, cada uno era responsable de sí mismo, en este sentido nació la individualidad y la dignidad. La insatisfacción social fue lo que llevó a la reforma protestante, se trataba de la eficacia y la persecución del éxito. Así se siembran los cimientos del capitalismo moderno, que es el camino que nos conduce a nosotros. Al liberar espiritualmente al hombre, el protestantismo inició una tarea que el capitalismo no terminó y es la libertad económica, esta tiene una suplente y es la libertad política, la vida se transforma en una compra-venta, en la edad media el dinero era una forma de sustento, hoy es un fin y el hombre se pone a su servicio. Sus antiguos aliados; la sociedad y el estado lo engañan. (Gala, s.f.).
En todo este panorama la definición que resulta única de este concepto, es aquella fundada por cuyos habitantes fueron los primeros científicos y gran parte de la ciencia se remonta a ellos. Los griegos, quienes crearon el método científico y aprendieron a ver “con los ojos de la mente”, hablaban de una libertad de pensamiento, esto fue lo que los diferenció de Egipto y de la India; no fue un grado inferior de espiritualidad, sino un grado superior de mentalidad. En ellos combinaron la gran mente y el gran espíritu: “El esclavo es el que no puede expresar sus pensamientos” dijo Eurípides. Puesto que la razón es divina en comparación con la naturaleza del hombre, la vida llevada de acuerdo con la razón debe ser divina en comparación con la vida humana. (El camino de los griegos). (Hamilton, 1930).
Hoy en día se proclama que el humano es finalmente libre… Se permite la libertad de expresión, pero sólo si dices lo que el sistema quiere escuchar ¿qué pasa con las personas que se quedan en la parte baja de la pirámide del capitalismo y es el mismo que les impide salir adelante? Y junto a esta libertad hipotética creciente, nace una dependencia y sumisión, entonces ¿realmente somos gozosos de esta?
La libertad es un concepto abstracto que puede ser utilizado en muchos sentidos, pero en mi opinión, también es la respuesta a problemáticas actuales, estas se ven reflejadas en los titulares de las noticias y eso no es preocupante, porque en la historia del mundo siempre han habido problemas, el verdadero asunto es que las personas se han dejado de preguntar “¿por qué?” cosa que todos como niños hacemos, pero un día simplemente paramos, ya que, así funciona el mundo ¿no?
Pues la libertad es ese llamado a desafiar el sistema actual, comenzar a cuestionarnos y deconstruir nuestra realidad para crear una nueva. Porque las interrogantes sustentadas por la curiosidad humana son las que nos han traído hasta el día de hoy, a este momento en que usted querido lector... termina de leer esta oración.
Referencias.
Hamilton, E. (1930). El camino de los griegos. Recuperado de
file:///C:/Users/gabri/Downloads/El%20camino%20de%20los%20griegos.pdf
Gala, A. (s.f.). Historia de la libertad. Serie: Estudios básicos de Derechos Humanos. Tomo III. Recuperado de
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/4/1837/5.pdf