Las empresas familiares son fundamentales para la economía mexicana
01/07/2024
Autor: Juan Méndez
Foto: Juan Méndez

Combinar estrategias financieras, dar apoyo y capacitación a emprendedores, claves para que las empresas emergentes prosperen y contribuyan al desarrollo económico de la región.

Las empresas familiares son fundamentales para la economía mexicana. De hecho, el 97% de las existentes en el paós son micros, pequeñas y medianas empresas (MIPyMES), muchas de ellas nacidas del seno familiar y que no solo generan riqueza, sino que también representan un núcleo esencial para el desarrollo económico de México, subrayó Anselmo Salvador Chávez Capó, profesor de la Licenciatura en Administración Financiera y Bursátil de la UPAEP.

Para abordar los desafíos de las empresas familiares en América Latina, se precisa una combinación de estrategias como mejorar el acceso al financiamiento, orientar los esfuerzos emprendedores hacia sectores estratégicos y proporcionar apoyo y capacitación a través de instituciones educativas y gubernamentales, señaló Andrés Francisco Ugalde, Director de la carrera de Ciencias Políticas de la Facultad de Estudios de Ciencias Sociales de la Universidad Católica de Cuenca en Ecuador y profesor del programa internacional Global Summer de la UPAEP, quien añadió que “solo así podremos asegurar que estas empresas no solo sobrevivan, sino que prosperen y contribuyan significativamente al desarrollo económico de la región”.

Sin embargo, estas empresas enfrentan desafíos significativos, uno de ellos suele ser su corta vida. En promedio, el 90% de las MIPyMES tienen una duración de entre 3 y 5 años, y aproximadamente el 35% de ellas no llegan a cumplir un año de existencia. En 2023, a pesar de la creación de 1,150,000 nuevos empleos en México, se perdieron cerca de 1,150,000, resultando en un saldo neto de solo 200,000 empleos creados, refirió Chávez Capó.

El experto señaló que uno de los factores clave detrás de este fenómeno es la falta de consolidación y profesionalización dentro de las empresas familiares: cuando logran superar los cinco años de existencia, es común que el emprendedor fundador siga siendo el principal responsable del éxito de la empresa. Sus métodos y estilos de gestión dominan la organización. Sin embargo, cuando llega el momento de la transición generacional, la falta de un gobierno corporativo adecuado y de políticas organizacionales claras puede conducir al declive de la empresa, agregó Anselmo Chávez.

Dijo que la tercera generación -que no vivió las dificultades y desafíos iniciales-, podría no estar preparada para gestionar la empresa con la misma eficacia, llevando a su desaparición.

Además, Chávez Capó destacó otra problemática: la economía informal. Aunque las MiPyMEs generan aproximadamente el 95% del Producto Interno Bruto de México, una gran parte de estas empresas opera en la informalidad. En el país, alrededor del 50% de la población económicamente activa trabaja en la economía informal; en Puebla, esta cifra se eleva a aproximadamente 68-69%. Esto significa que, de los 3.2 millones de personas económicamente activas en el estado, solo 980,000 están bajo el régimen de economía formal, mientras que más de 2 millones operan en la informalidad, lo que limita su acceso a beneficios fiscales, seguridad social y desarrollo a largo plazo.

Chávez Capó resaltó la importancia de apoyar y fortalecer a las empresas familiares, dado su papel crucial en la economía mexicana. Implementar políticas que promuevan la formalización y profesionalización de estas empresas, así como asegurar una transición generacional exitosa, son pasos esenciales para garantizar su sostenibilidad y contribuir al crecimiento económico del país.

Por su parte, Felipe Machorro Ramos, profesor de la Facultad de Administración de Empresas de la UPAEP, añadoó que este fenómeno no solo es una cuestión estructural de las empresas familiares, sino también un reflejo de la estructura económica general del país. La economía informal puede ser vista como una válvula de escape al mercado laboral, proporcionando empleo a una gran parte de la población. Sin embargo, la formalización de estas empresas es crucial para mejorar su sostenibilidad y contribuir al desarrollo económico.

Un gran reto para las empresas familiares es la sucesión. En México, es común que el fundador de la empresa actúe como un "hombre orquesta", tomando todas las decisiones y controlando todos los aspectos del negocio. Esta tendencia a no delegar, incluso dentro de la familia, puede dificultar la transición generacional y la profesionalización del negocio.

Los conflictos familiares también pueden afectar negativamente. Problemas conyugales o disputas entre hermanos sobre el poder y la toma de decisiones pueden trasladarse al entorno empresarial, generando dinámicas perjudiciales.

“La realidad que enfrentan las empresas familiares en América Latina es muy similar en toda la región. Vengo de Ecuador, un país en el centro de América del Sur, cuya situación económica es comparable a la de México y Colombia, entre otros. A diferencia de las economías europeas o estadounidenses, las nuestras no están sostenidas por gigantes como Walmart o Microsoft, sino por una densa red de microempresas y negocios familiares. En Ecuador, por ejemplo, 85% de las empresas tienen menos de 30 trabajadores y estas absorben 90% del empleo”, enfatizó Andrés Francisco Ugalde, Director de la carrera de Ciencias Políticas de la Facultad de Estudios de Ciencias Sociales de la Universidad Católica de Cuenca en Ecuador y profesor del programa internacional Global Summer de la UPAEP.

Sin embargo, “el gran problema no es la falta de emprendimiento. De hecho, América Latina se encuentra entre las regiones más emprendedoras del mundo. El problema es la alta tasa de mortandad empresarial. Al igual que en México, donde se crean 2 millones de empleos y se pierden 1.8 millones en cinco años, en Ecuador y otros países de la región enfrentamos una situación similar”, expresó Ugalde.

“La mayoría de las empresas que se crean son emprendimientos de supervivencia. No nacen de un plan de negocios detallado, un análisis de mercado o una identificación de sectores estratégicos. Son el resultado de la necesidad de empleo. Por ejemplo, una persona puede perder su trabajo y decide poner un puesto de empanadas en la puerta de su casa. Estos negocios suelen surgir en sectores saturados, lo que inevitablemente lleva a su fracaso”, acotó Andrés Francisco Ugalde.

Dijo que otro gran desafío es el financiamiento. Los emprendedores familiares rara vez cuentan con apoyo financiero formal; los bancos suelen pedir garantías y colaterales que muchos emprendedores no pueden proporcionar. Esto los lleva a recurrir a financiamiento informal con tasas de interés muy altas, lo que añade una carga adicional y riesgo a sus emprendimientos.

2En Ecuador, hemos experimentado con iniciativas interesantes, como involucrar a la universidad en el proceso de apoyo a emprendedores. En la Universidad Católica de Cuenca, hemos llevado a cabo un programa llamado Credit Impulso, donde la universidad capacita a los emprendedores, filtra las mejores ideas de negocios y les proporciona un aval académico, el cual les permite a los emprendedores acceder a financiamiento sin necesidad de colaterales tradicionales, facilitando así el acceso a créditos microempresariales o capital semilla”, destacó Andrés Francisco Ugalde.

Ugalde finalizó apuntando que “el papel del Estado también es crucial, por lo que es necesario que el gobierno apoye a los emprendedores y oriente sus esfuerzos hacia sectores estratégicos. Esto puede incluir áreas como la economía circular, energías limpias, turismo sustentable, salud, deporte y tecnología digital. En países como Chile y en ciudades como Cuenca, hemos visto casos exitosos donde el Estado, el sector financiero y las universidades trabajan juntos para crear un entorno favorable para los emprendedores”.