Las matemáticas de los materiales, ciencia, vida diaria y futuro tecnológico
03/09/2025
Autor: Juan Méndez
Foto: Juan Méndez

Los niños y jóvenes deben desarrollar habilidades lógico-matemáticas desde edades tempranas, no solo para dedicarse a ciencias exactas, sino para decisiones diarias como calcular un salario, evaluar un préstamo o administrar un presupuesto familiar.

Juan José Reyes Salgado, profesor investigador del Departamento de Matemáticas de UPAEP, habló de la relevancia de las matemáticas en el análisis de materiales y en la vida cotidiana. El académico enfatizó que, pese a los avances en inteligencia artificial y software especializado, el razonamiento lógico-matemático sigue siendo insustituible.

Reyes Salgado explicó que el estudio de los materiales sólidos —metales, cerámicos, polímeros, compuestos o materiales inteligentes— requiere de técnicas avanzadas de caracterización como la espectroscopía Raman, la termogravimetría o el microscopio electrónico. Sin embargo, advirtió que los aparatos no entregan respuestas directas.

“Los instrumentos nos dan datos que deben interpretarse. Ahí es donde entran las matemáticas: regresiones, ajustes polinomiales, cálculo diferencial e integral, funciones logarítmicas o exponenciales, todas necesarias para determinar propiedades físicas y químicas”, puntualizó.

El conocimiento matemático permite definir la calidad de un material, su categoría y las posibles aplicaciones industriales. “No se trata solo de medir, sino de comprender y controlar variables como el tamaño de partículas, la morfología o las propiedades térmicas”, añadió.

El profesor subrayó que la tecnología es una herramienta poderosa, pero no sustituye la lógica humana. “Una máquina no razona. Puede acelerar cálculos o tareas repetitivas, pero la interpretación y la toma de decisiones corresponde a los investigadores y estudiantes”, afirmó.

Destacó que incluso en simulaciones computacionales es necesario decidir qué modelos matemáticos utilizar, ya que un software diseñado para ciertas geometrías puede fallar cuando se requieren funciones diferentes, como las de Bessel para cuerpos esféricos.

Lejos de limitarse a los laboratorios, las matemáticas acompañan a las personas en situaciones tan comunes como conducir un automóvil. “Al manejar, calculamos velocidad, peso, fricción y distancia de frenado. Aunque lo percibamos como intuición, es pensamiento matemático”, explicó el académico.

Además, resaltó que los niños deben desarrollar habilidades lógico-matemáticas desde edades tempranas, no solo para dedicarse a ciencias exactas, sino para decisiones diarias como calcular un salario, evaluar un préstamo o administrar un presupuesto familiar.

Respecto a los programas educativos, Reyes Salgado reconoció que los fundamentos matemáticos no han cambiado en siglos; lo que evoluciona son las aplicaciones y las metodologías de enseñanza. Señaló que es clave fomentar la repetición y la práctica constante, “como en el deporte, donde la mecanización de movimientos genera habilidades duraderas”.

También mencionó enfoques lúdicos como el aprendizaje basado en problemas, la realidad aumentada, el uso de objetos manipulables para fracciones o juegos de mesa como el ajedrez y el Monopoly, que refuerzan la lógica matemática de manera entretenida.

“Los padres también deben involucrarse, aprovechar momentos cotidianos para mostrar a sus hijos que las matemáticas están en todo. No se trata de temerles, sino de vivirlas como un lenguaje universal que describe la naturaleza”, exhortó.

Para el académico, el mayor reto es vencer el estigma social hacia las matemáticas. “No importa la edad, siempre se puede aprender. Incluso los adultos que resuelven sudokus en periódicos están ejercitando su razonamiento lógico”, comentó.

Finalmente, invitó a la sociedad a no dejarse engañar por la idea de que la inteligencia artificial puede sustituir el razonamiento humano: “Detrás de cada algoritmo hay matemáticas, y son los científicos, ingenieros y ciudadanos quienes deben interpretarlas para tomar mejores decisiones”.

Juan José Reyes enfatizó, “vivimos rodeados de matemáticas, desde el laboratorio hasta la vida diaria, y cultivarlas no solo fortalece la ciencia y la tecnología, sino que también mejora nuestra capacidad de pensar, decidir y convivir con el mundo”.