La pasión por un equipo se entiende como la relación vincular con algunos personajes o equipos particulares, de esa relación nace lo que llamamos aficionado, señaló Dulce Pérez Torres. Psicóloga socióloga.
Expresó que esa pasión que tienen las personas resulta de la identidad que se genera en relación al gusto por el uniforme, la porra, el himno, los valores o los campeonatos que ha conseguido.
“Una de las características es, primero, por el recorrido histórico del equipo; la mayoría de la gente empieza a reconocer la importancia de este equipo por las condiciones que tienen, por ejemplo, cuándo se formó, quiénes fueron los primeros jugadores, cuántas copas han ganado y entonces se empieza a adherir a esta parte”.
Pérez Torres también señaló que cuando la pasión se desborda se cae en el fanatismo y eso ya llega a ser un problema pues se deja a un lado el deporte como algo bueno para dar paso a la violencia y las faltas de respeto hacia quienes no simpatizan con el mismo equipo.
“Esta parte del fanatismo desbordante tiene que ser tratado desde la psicoterapia y en específico por un psicoterapeuta cognitivo conductual que le va a ayudar muchísimo. Las personas que caen en esto presentan sintomatología de, como si fueran dependientes, de ansiedad, de estrés, de terrores nocturnos”.
Acotó que el fanatismo también se vuelve un problemas para el entorno de la persona pues muchas veces se deja convivir con la familia por ir a ver un partido o el dinero se mal gasta en entradas al estadio cuando bien se puede invertir en necesidades familiares.
Finalmente reflexionó que la pasión y el fanatismo es parte de nuestra educación social y que si se quiere mantener el buen ambiente y conservar la convivencia dentro y fuera de los estadios, las personas deben asumir valores como el respeto y la tolerancia.
La pasión al deporte es buena con respeto y tranquilidad
15/10/2021
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