Sebastián Moran Hernández realizó un intercambio académico en Primavera de 2023 en la universidad ubicada en Saskatchewan del país del norte de América.
Saskatchewan fue la población canadiense que Sebastián Morán Hernández, estudiante de Ingeniería de Software, eligió para aventurarse a vivir experiencia única de intercambio académico en la University of Regina en Primavera 2024, viaje que no solo le brindó le abrió el mundo en el aspecto académico, sino también las puertas a una cultura completamente diferente.
Aunque inicialmente había dirigido su mirada hacia España, motivado por la oferta económica que el programa Erasmus de la Unión Europea ofrecía, Sebastián no se desanimó al no ser elegido, sino que decidió explorar otras opciones: Asia y Canadá, siendo la segunda opción la que capturó su interés de manera especial.
"Después de aplicar y no ser seleccionado para la beca Erasmus en España, decidí no quedarme ahí. Exploré otras opciones y Canadá se convirtió en una elección llamativa. Fue un proceso en el que no solo buscaba estudiar, sino también enriquecerme con nuevas experiencias", compartió Sebastián.
El apoyo de su familia y las becas
La decisión de embarcarse en esta travesía no fue fácil, pero el apoyo de su familia, a pesar de las preocupaciones, fue fundamental. "Mi papá siempre me alentó. Aunque soy hijo único y siente una preocupación natural, me animó a seguir intentándolo, incluso después de la primera negativa en el programa Erasmus", compartió Sebastián.
Además, financieramente, Sebastián recibió dos tipos de apoyo. Uno fue el respaldo financiero para el pago de su vuelo de ida y vuelta, y el otro provino de la oficina de internacionalización, cubriendo parte de sus costos académicos. Apoyos que confesó, “fueron cruciales para hacer realidad su sueño de estudiar en el extranjero”.
El choque cultural
Al llegar a Canadá, Sebastián se enfrentó al choque cultural, desde la interacción social hasta las diferencias en la dinámica de las clases. "Fue un cambio interesante, en Canadá la interacción social es diferente, son más reservados en las clases y el sistema educativo es más intenso, pero también más efectivo", comentó.
No obstante, Sebastián no solo se sumergió en la experiencia académica, sino que también tuvo la oportunidad de vivir en un entorno multicultural pues tuvo la oportunidad de trabajar en equipo con compañeros de diversas nacionalidades. Esta experiencia no solo mejoró sus habilidades de comunicación en inglés, sino que también le permitió explorar distintas perspectivas.
"En la universidad, -los canadienses - eran una minoría, había gente de Bangladesh, Corea del Sur, Nigeria e India y pese a que las diferencias culturales eran evidentes, la convivencia fue enriquecedora, sobre todo el trabajo en equipo pese a las barreras idiomáticas, la colaboración fue interesante, es decir, ver cómo diferentes culturas abordan los proyectos y las tareas", compartió
De sus clases en la Universidad de Regina, Sebastián relató que los profesores en Canadá eran muy diferentes a lo que estaba acostumbrado. “Tomé clases como Introducción a los Sistemas Operativos y la Importancia de la Sociedad Tecnológica. Si bien tuve algunas dificultades con la dinámica de clases en línea y las diferencias en los métodos de enseñanza, debo decir que los profesores se esforzaban por hacer la materia comprensible para todos", comentó.
Por otro lado, Sebastián notó la diversidad en sus profesores y la adaptación que mostraron para satisfacer las necesidades de una audiencia internacional. "Uno de mis profesores impartía clases de programación, y aunque las clases en línea pueden ser desafiantes, él se aseguraba de que pudiéramos entender, especialmente considerando que teníamos estudiantes de diversas disciplinas en la clase", agregó.
Otro choque cultural que experimentó fue en el ámbito gastronómico, y pese a que le costó trabajo acostumbrarse por la falta de variedad de platillos, probó el más típico de esa zona o que al menos todos los canadienses conocían como es el poutine, que son papas fritas con gravy y queso.
Una Transformación Personal y Profesional
Después de seis meses de desafíos y descubrimientos, Sebastián regresó a casa con una perspectiva transformada. El choque cultural y la inmersión en una cultura diferente no solo ampliaron su visión del mundo, sino que también fortalecieron sus habilidades académicas y personales.
"El intercambio en Canadá fue una experiencia única. Aprendí a adaptarme, a trabajar en entornos diversos y a apreciar las diferencias culturales. Aunque al principio fue un reto, creo que cada estudiante debería considerar la posibilidad de estudiar en el extranjero. La experiencia va más allá de las aulas y deja una huella duradera", acotó.
Finalmente aconsejó a quienes estén interesados en realizar un intercambio académico a que se animen y lo vean como una oportunidad de crecimiento en el sentido de que si creen que tienen un nivel bajo de inglés, vean estos programas como una oportunidad de mejorar y aprender.
"La única manera de mejorar en un idioma es practicándolo. Aprovechen cada oportunidad para comunicarse en inglés, ya sea en el aula, con compañeros internacionales o simplemente interactuando con la comunidad local. La práctica constante es la clave para desarrollar la confianza y la fluidez. Al principio, puede parecer abrumador, pero la clave está en enfrentar el desafío con una mentalidad positiva. El intercambio cultural y académico es una experiencia enriquecedora, y el inglés es una herramienta que les abrirá muchas puertas" finalizó.