“Tanto más bello es, según el testimonio de los antiguos. La manía que la sensatez” (Platón, 1988, p.342).
El mito del carro alado relata que los dioses vivían en el Topus Uranus (cielo) se alimentaban de la verdad, para lograr esto, llevan a cabo cortejos liderados por diferentes Dioses. Sin embargo, de acuerdo a la ley de Adrastea, aquel que no cumpliera con tal mandato experimentaba un debilitamiento de sus alas –, sin importar la circunstancia–, y entonces se volvían mortales.
Los griegos creían que el objetivo era regresar al Topus Uranus, lo que sólo era posible hasta encontrar la verdad, el bien y la belleza en la vida mundana. Creían que la belleza encontrada tanto en una puesta de sol como en un monumento, vestigios de ese cielo del que había caído y el único recordatorio de su verdadero propósito, así como la divinidad de la que provenían.
Entonces ¿qué era la belleza para los griegos?
Su filosofía se basaba en el amor y la sabiduría, la belleza se logra encontrar a través de “los ojos de la mente”, es decir, con la sabiduría. Una vez cautivados por la misma, se desarrolla el amor, que funciona como un disparador para que el humano sea constante a la búsqueda de dicha belleza.
Se proponen diferentes teorías sobre lo bello, en este caso exploramos las tres dimensiones que plantea Aristóteles:
Theoria: Hace referencia a la filosofía y los conocimientos. Es observar un espectáculo de lo bello, contemplar el universo y entender el mensaje. Esto en conjunto, de acuerdo con Sócrates es lo que hace virtuoso a un humano, por consiguiente lo hace libre y finalmente, feliz.
Praxis: Se trata de las acciones llevadas a cabo desde la ética. Cuando la persona hace una toma de decisiones orientadas hacia el bien común.
Poiesis: Aquí se alude a las producciones de lo bello, Platón dice que el verdadero arte, contiene un mensaje que llega al alma y de la misma manera, es moralmente beneficioso..
Así, Hermógenes, en su tratado Sobre el estilo (s. ii d. C.), afirma:
En general, la belleza [κάλλoς] es una simetría de miembros y sus partes
[συμμετρία μελῶν καὶ μερῶν], junto con una buena complexión [εὐχροία],
y gracias a ellas un discurso [λόγος] se hace bello… (Citado por Konstan, 2012, p. 147).
Para los griegos eran de importancia los conceptos como el orden, la justa medida, la proporción, la simetría, la definición, el ritmo, la armonía y específicamente el número áureo, a fin de alcanzar la perfección y los mismos estaban estrechamente relacionados con la belleza. Platón aseguraba que los buenos artistas eran maníacos, con la aclaración de que este término es compatible con nuestra definición contemporánea; entre los griegos la manía es otro término para hacer referencia a la pasión, la encargada de impulsar a los humanos a ir más allá, en otras palabras –como Platón expresaba–, para alcanzar la máxima felicidad. De igual manera, los profetas debían tener esta manía para contagiar a sus seguidores y hacerlos creyentes de sus convicciones.
En síntesis, sostenían que la belleza no era sólo física, sino también espiritual, ya que, esta era la que tenía la capacidad de generar una conexión con la divinidad.
La universidad es una última etapa antes de enfrentarnos a la “vida real”, la cual, no sólo exige buenas notas, también experiencia laboral, participación en miles de proyectos, habilidades, hablar diferentes idiomas porque uno ya no es suficiente y una maestría porque pasa lo mismo con una licenciatura, todo esto para ser contratado en un empleo que tiene una relación estrechamente nula con la carrera que estudiamos y con el objetivo de pagar cosas que no necesitamos. En general, se nos exige una planeación extensa de nuestra corta vida, si no eres lo suficientemente exitoso de acuerdo a los estándares contemporáneos, simplemente habrás sido uno entre muchos otros y esta carrera que nos han hecho llamar “vida” resulta abrumadora.
El objetivo de esta lectura es abrir la posibilidad de apreciar que hay algo más allá de esta burbuja que hemos creado y que decidimos llamar “vida”, la cual, en mi opinión,
está centrada en ambiciones que –anulando la presión social–, no tendrían sentido alguno. A veces nos encontramos tan absortos en eso que nos han dicho que debemos ser, que no nos paramos a cuestionarnos y a descubrir lo que en el fondo anhelamos. La vida no debería de ser una carrera, este texto invita a parar un momento, con el fin de encontrar esa belleza que insistían constantemente los griegos, que te susurra al oído: “estás vivo”. Y que a la vez es sólo el inicio de un viaje que te podría llevar a un destino totalmente distinto, si así lo permites.
Referencias:
- García Gual, M. Martínez Hernández, E. Lledó Íñigo. (1988). Diálogo: Fedón, Banquete , Fedro. Recuperado de
file:///C:/Users/gabri/Downloads/Fedro-Plat%C3%B3n-Belleza-1-16.pdf
Konstan, D. (2012). El concepto de belleza en el mundo antiguo y su recepción en Occidente. Recuperado de
file:///C:/Users/gabri/Downloads/Konstan-ConceptoBelleza%20(10).pdf
Calvo, M. J. L. (2005). Aristóteles: Ética a Nicómaco. Recuperado de
file:///C:/Users/gabri/Downloads/Aristoteles-Nicomaquea-Libro1%20(2).pdf