El comportamiento humano ante situaciones cognitivamente inestructuradas
26/08/2025
Autor: Mtro. Roberto Yescas Sánchez
Cargo: Tutor adjunto en el decanato de ingenierías

Hace algunos meses, me encontraba en una tienda de autoservicio haciendo fila para comprar dos rebanadas de pizza. Cuando llegó mi turno, inicié la compra, pero de inmediato una mujer de la tercera edad se acercó a mí gritándole a la cajera que era su turno y no el mío. Sorprendido, le comenté a la cajera que eso no era cierto, ya que sabía perfectamente quién estaba delante de mí. La cajera, sabiendo también que eso no era cierto, le aclaró a la señora que la fila correspondiente para comprar algún alimento era esta, mientras que la fila para recoger el mismo era la otra en donde ella se encontraba segundos antes. Al respecto, la señora comentó de forma molesta: ¡deberían indicar claramente qué fila es para qué cosa! Después de finalizar mi compra, hice nuevamente fila en la que corresponde para recoger mis dos rebanadas de pizza; mientras tanto, la señora se encontraba haciendo la fila en la correspondiente para comprar sus alimentos. Posteriormente, observé que la señora seguía desorientada, sin saber cómo proceder para recoger sus alimentos. En ese momento, me ve a lo lejos y me pregunta si esta era la fila para ello, y contesté que sí. Motivada por aclarar la situación y orientarse mejor sobre lo que debía hacer, la señora comenzó a platicar conmigo. Comentó que sería conveniente colocar más anuncios que indicaran los pasos a seguir y dónde realizarlos para facilitar las compras y, además, preguntándome sobre qué era eso o aquello. Al final, se encontraba más tranquila, ya que sabía la manera de obtener los alimentos que había comprado.

Al respecto, podríamos entender el comportamiento mostrado por la señora a través de la siguiente afirmación: la mayoría de las situaciones nuevas son cognitivamente inestructuradas (Lewin, 1939; 1951). Cuando una persona experimenta situaciones como estas, tendrá pocas posibilidades de saber “qué conduce a qué” y, en este sentido, su comportamiento será de tipo exploratorio, con ensayos y errores, mostrando actitudes vacilantes, contradictorias, ineficientes o antieconómicas (Deutsch y Krauss, 1994). Incluso, se podría experimentar ira, debido a la frustración que podría sentir la persona cuando considere que su objetivo no podrá ser alcanzado o cuando definitivamente no lo alcance.

Con base en lo anterior, la señora no tenía conocimiento de cómo debía actuar de manera correcta para obtener sus alimentos; a esto último, se refería Lewin con el concepto inestructurado. No obstante, no se dio por vencida y fue descubriendo poco a poco cómo obtenerlos por medio de las distintas acciones realizadas. En cuanto a sus emociones, presentó ira en el primer contacto que tuvo conmigo; aunque, posteriormente, ya no la tenía a pesar de que siguiéramos interactuando.

Considerando los principios desarrollados por la teoría de campo (Lewin, 1938) para analizar cualquier comportamiento humano, debemos tener en cuenta lo siguiente:

  1. Nuestro comportamiento es motivado porque se presenta en la persona una intención o necesidad y, posteriormente, un objetivo que la pueda satisfacer.
  2. Para alcanzar cualquier objetivo de manera eficiente, la persona debe tener claros los pasos a seguir y los momentos en los cuales debe hacer uso de los distintos recursos o materiales correspondientes para alcanzarlo.

Al respecto, en la figura 1 se intenta representar la experiencia inicial de la señora, cuando tenía una necesidad (tengo hambre) y un objetivo determinado (comprar alimentos en esta tienda para saciar mi hambre), pero no sabía cómo cumplir con su objetivo; presentándose así un comportamiento ineficiente. En cambio, en la figura 2 se intenta representar la experiencia final de la misma persona; en este momento, la señora ya tiene más claro lo que debe hacer en cada paso y con qué elementos para obtener sus alimentos (presentar su ticket de compra); por lo tanto, su comportamiento es ahora eficiente.

Figura 1: Adaptación de la propuesta desarrollada por Lewin (1938)

 

N: necesidad presentada; O: objetivo por alcanzar para satisfacer la necesidad presentada; →: Comportamiento ineficiente para alcanzar el objetivo.

Figura 2: Adaptación de la propuesta desarrollada por Lewin (1938)

 

 

N: necesidad presentada; O: objetivo por alcanzar para satisfacer la necesidad presentada; A, B, C y D: pasos a seguir para lograr el objetivo; →: comportamiento eficiente para alcanzar el objetivo.

Por último, me gustaría trasladar lo mencionado a los contextos educativos, donde se puede hacer una reflexión con respecto a los objetivos educativos que pueden o no lograr nuestros estudiantes.

Como docentes, debemos considerar si nuestros estudiantes se han sentido cognitivamente inestructurados en el momento de asignarles alguna actividad. En caso de detectar a un estudiante en esta situación, podríamos ayudarlo replanteando los pasos que debe seguir y los recursos o materiales que necesita para concretar la actividad, ya que a pesar de que tenga la intención de cumplir con la misma, es muy probable que no la llegue a realizar debido a que no sabe qué debe hacer y con qué, en cada momento.

Como estudiantes, debemos considerar seriamente nuestra situación al momento de enfrentarnos con alguna actividad asignada por el docente (o cualquier otro reto educativo). Es decir, para cada actividad ¿tengo claro cuál es el objetivo de la actividad?, ¿qué debo hacer en cada momento para alcanzar ese objetivo? y ¿qué recurso o materiales necesito para realizar la misma? En caso de no tener las respuestas a estas preguntas, sería mejor no iniciar con la actividad y, más bien, dedicarse un momento a conseguir las respuestas a estas preguntas, ya sea acudiendo con el profesor o con algún compañero de la clase.

Referencias:

Deutsch, M. y Krauss, R. M. (1994). Teorías en psicología social. Paidós.

Lewin, K. (1938). The conceptual representation and the measurement of psychological forces. Duke University Press. https://doi.org/10.1037/13613-000

Lewin, K. (1939). Field theory and experiment in social psychology: concepts and methods. American Journal of Sociology, 44, 868–896. https://doi.org/10.1086/218177

Lewin, K. (1951). Field theory in social science: selected theoretical papers (Edited by Dorwin Cartwright.). Harpers.