Big World (小小的我)
02/05/2025
Autor: Ana Karen Rodríguez Jiménez
Programa Académico: Estudiante de Idiomas, Enseñanza y Diversidad Cultural

¿Alguna vez te has preguntado cómo sería tu vida si tuvieras una limitación física o emocional derivada de una diversidad funcional? ¿Crees que la sociedad te aceptaría o te rechazaría?

Desde que era pequeña, recuerdo que estas preguntas eran recurrentes en el salón de clases, con el propósito de sensibilizarnos sobre la inclusión de personas con capacidades diferentes en la sociedad. El objetivo era claro: fomentar una convivencia basada en la igualdad, el respeto y la paz.

Al reflexionar desde mi niñez hasta la actualidad, considero que hemos avanzado considerablemente en estos temas. Hoy en día, vemos edificaciones diseñadas para facilitar el acceso a todas las personas, o medicamentos con descripciones en braille. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para que la inclusión sea una realidad plena. Persisten factores como la falta de educación o experiencia personal, actitudes negativas, barreras sociales y desafíos en la comunicación, que impiden una verdadera integración.

Podríamos pensar que esto ocurre solo en México, pero la película Big World (2024) nos muestra que esta problemática también está presente en China.

Big World es un filme chino que relata la historia de Liu Chunhe, un joven con parálisis cerebral. A lo largo de la trama, somos testigos de los grandes retos que implica vivir con una diversidad funcional: luchar por tu independencia y autonomía para realizar actividades cotidianas como caminar, comer, usar el transporte público o trabajar. Al mismo tiempo, el personaje enfrenta desprecio y discriminación por parte de quienes lo rodean. Aunque el guion está situado en un contexto ficticio, no resulta difícil imaginar que muchas personas viven situaciones similares a diario.

El propósito de la película es claro: que el espectador se ponga en los zapatos del protagonista y experimente, aunque sea por unos minutos, la frustración y desesperación que conlleva vivir en un entorno poco inclusivo. De manera indirecta, nos lleva a reflexionar y a ser más conscientes sobre cómo actuar frente a estas realidades.

Por ello, recomiendo a nuestra comunidad universitaria darse la oportunidad de ver este filme. Considero que es una experiencia educativa e impactante, que puede ayudarnos a desarrollar una mayor empatía y asertividad frente a la diversidad funcional. Después de todo, estamos en proceso de convertirnos en los líderes que contribuirán a construir un país con igualdad de oportunidades para todos.