Hace un año, las empresas consideraban las inundaciones como un riesgo menor porque solo ocurrían dos veces al año. Hoy, los eventos se han multiplicado y con impactos más severos. La falta de planeación y control de procesos está afectando no solo su operatividad, sino su sostenibilidad.
UPAEP abordó un tema de gran relevancia, la preparación de la cadena de suministro para disrupciones recurrentes, con la participación de Diana Sánchez Partida, directora de la Facultad de Industrial, Logística, Manufactura y Automotriz, y Patricia Cano Olivos, profesora de la misma facultad.
Durante su participación, Diana Sánchez destacó que los agentes perturbadores —ya sean naturales o provocados por el ser humano— están impactando cada vez más a las comunidades y empresas. “Fenómenos como sismos, huracanes, lluvias torrenciales, sequías o pandemias ya no son hechos aislados, sino parte de una nueva realidad que pone a prueba la continuidad operativa de los sectores productivos”, señaló.
Explicó que México, por su diversidad geográfica, enfrenta múltiples tipos de desastres, desde los geológicos e hidrometeorológicos, hasta los sanitarios, tecnológicos y socioorganizativos, lo que obliga a las empresas a adoptar planes de continuidad que fortalezcan su capacidad de respuesta ante estos eventos. “El cambio climático está afectando con mayor intensidad a estados específicos del país, como Baja California, Veracruz, Puebla y Tabasco, donde la vulnerabilidad es alta y la resiliencia aún es baja”, advirtió.
Sánchez Partida presentó los resultados de un estudio realizado en 30 empresas manufactureras de Tijuana, donde se identificaron las principales debilidades en sus procesos de gestión del riesgo. Entre los hallazgos más relevantes, destacó la ausencia de estrategias estructuradas de continuidad de negocio y el desconocimiento de normas internacionales como la ISO 31000:2018, sobre gestión de riesgos, y la ISO 28000:2022, enfocada en la seguridad de la cadena de suministro.
“Hace un año, las empresas consideraban las inundaciones como un riesgo menor porque solo ocurrían dos veces al año. Hoy, los eventos se han multiplicado y con impactos más severos. La falta de planeación y control de procesos está afectando no solo su operatividad, sino su sostenibilidad”, explicó. Añadió que la universidad ha desarrollado metodologías para elaborar planes de continuidad que incluyen indicadores de desempeño, objetivos estratégicos y métricas de riesgo (OKR y KRI) para una mejor toma de decisiones.
Por su parte, Patricia Cano Olivos subrayó que, además de los fenómenos naturales, las cadenas de suministro se enfrentan a disrupciones provocadas por factores políticos, comerciales y sociales. “La pandemia visibilizó la fragilidad de las cadenas globales; sin embargo, hoy también influyen las guerras comerciales, la delincuencia y los conflictos políticos que interrumpen los flujos de materiales y servicios”, expresó.
Cano Olivos destacó que las empresas deben diversificar proveedores, incorporar tecnologías de la información, inteligencia artificial y minería de datos para anticipar riesgos y garantizar la trazabilidad de sus procesos. “Ya no basta con la experiencia o el instinto. Se necesitan metodologías estructuradas y análisis basados en datos para crear resiliencia”, comentó.
Como ejemplo, mencionó un proyecto en curso sobre transporte de hidrocarburos, donde la aplicación de tecnologías digitales ha reducido considerablemente el robo y ha mejorado la seguridad operativa. “Cuando no se evalúan riesgos ni se planifica adecuadamente, se ponen en peligro no solo las ganancias, sino la seguridad de las comunidades”, puntualizó.
Ambas académicas coincidieron en que la formación de capital humano preparado es esencial para construir una economía más resistente ante las disrupciones. Desde UPAEP, aseguraron, se trabaja en el rediseño de programas académicos que incorporan metodologías de evaluación de riesgos, sostenibilidad y logística humanitaria para fortalecer la resiliencia nacional.
“La universidad tiene el compromiso de generar conocimiento útil para la sociedad. Queremos ser un país resiliente ante los desastres naturales, sociales y económicos que estamos enfrentando”, afirmó Cano Olivos.
Finalmente, al ser cuestionadas sobre la situación en Puebla, Sánchez Partida señaló que los fenómenos más recurrentes son las lluvias intensas y deslaves en la Sierra Norte, por lo que desde la academia se promueve la creación de centros de ayuda humanitaria en regiones vulnerables. “Si cada año sabemos que las mismas comunidades se ven afectadas, debemos dejar de improvisar y crear estructuras permanentes de respuesta”, concluyó.

															




															









